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Entrevista:

"Roma hace muchas cosas para acallar a los teólogos que piensan, que no se limitan a repetir", afirna Hans Küng

Francesc Valls

El teólogo suizo Hans Küng, de 58 años de edad, catedrático de Teología de la universidad alemana occidental de Tubinga, se encuentra desde ayer en Barcelona, donde hoy pronunciará una conferencia sobre el rumbo de la Iglesia, organizada por la Fundación Alfons Comín. Küng ha pasado de ser consejero oficial del concilio -nombrado por Juan XXIII- a la inhabilitación para la docencia, desde finales de los años setenta, por cuestionar la infalibilidad del Papa. El teólogo suizo concedió ayer una entrevista a este diario.

Pregunta. ¿Cuál es su situación después de sus problemas con el Vaticano a finales de los años setenta?Respuesta. Tengo mi cátedra de Teología Ecuménica. Estoy en el instituto dependiente de la universidad de Tubinga. Doy lecciones, conferencias, seminarios, pero no clases de lo que podríamos llamar curso normal. Quienes siguen mis charlas son voluntarios. En realidad me han liberado de muchas cosas que no son importantes para un profesor, como el trabajo administrativo, los exámenes y los claustros de facultad, que no me gustan.

P. ¿Cuáles fueron sus relaciones con el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger, cuando estuvieron juntos en Tubinga?

R. Yo era decano de la facultad cuando propuse al profesor Ratzinger como colega mío en la cátedra de Dogmática. Entonces las relaciones en Tubinga eran muy buenas. Pero en 1961, la universidad, como otras muchas, vivió la experiencia de las revueltas estudiantiles. Para Ratzinger todo esto supuso un gran shock, por lo que le retiró a Bavaria. El fondo conservador que ya tenía se ha desarrollado posteriormente.

P. El teólogo Karl Rahner dijo poco antes de morir que la Iglesia atravesaba por una época invernal. ¿Cree usted que esta afirmación sigue siendo válida?

R. Pienso que es una buena expresión de la situación actual. En la última conversación que tuve en mi casa de Tubinga con Rahner, él también era muy crítico con este pontificado. Pensaba que la dirección tomada no era la buena.

El término invernal me sugiere enero, el mes del dios Jano, que tiene dos rostros. La Iglesia actual en un cierto sentido tiene dos rostros: uno el es el jerárquico y romano, y el otro, el de la base. Es decir, tiene un rostro absolutista y otro comunitario. No se sabe en que dirección irá definitivamente.

P. En su obra Ser cristianos usted afirma que la Iglesia no llega a resultados constructivos en una serie de temas como la paz, el control de natalidad, la elección de obispos.

R. Es muy pesado para nuestra Iglesia no haber resuelto esto. Gran parte de los obispos españoles, por ejemplo, creían que el Vaticano II resolvería el problema. Pero no se ha.resuelto ningún problema. En los siete años de pontificado de Juan Pablo II no se ha resuelto ninguno de estos problemas.

P. Algunos teólogos afirman que el pesimismo se ha adueñado de la Iglesia católica, tras la esperanza que supuso el concilio. Las comparecencias de teólogos europeos y latinoamericanos ante el ex Santo Oficio así parecen corroborarlo. ¿Cuál es su opinión y actitud al respecto?

R. Siempre he protestado contra los procedimientos inquisitoriales. Por ejemplo, yo no he viajado a Roma, no he comparecido ante la Congregación para la Doctrina de la Fe. Ha sido la manera de protestar, en mi caso, ante la falta de un juicio limpio, claro.

Las acciones contra la Teología de la Liberación se han de ver en el contexto de una mentalidad inquisitorial. Roma hace muchas cosas para acallar a los teólogos que piensan, que no se limitan a repetir. Actualmente se da una mentalidad como la existente en el tiempo del antimodernismo, cuando el cardenal Rafael Merry del Val [un español que fue secretario del Santo Oficio en 1914] ocupaba el puesto de Ratzinger. Ahora hay un alemán. Los hombres cambian, pero la mentalidad permanece.

Los poderes

P. En los documentos del Sínodo Extraordinario de Obispos, celebrado el pasado mes de diciembre, apenas aparecía.la expresión Iglesia pueblo de Dios. ¿Cómo valora este hecho?R. A Roma le da miedo el pueblo de Dios. Por ese motivo evita el término y ve que en el pueblo de Dios hay opiniones muy díferentes a las suyas. También en España hay muchos católicos que mantienen otra opinión a la de Roma. El Vaticano II ha querido poner al pueblo de Dios por delante de la jerarquía.

P. ¿Cómo juzga la actitud del Vaticano sobre los grandes poderes de este mundo?

R. El presidente norteamericano Reagan ha declarado dos veces que él tiene el apoyo del Papa para su política en Nicaragua. Él sabrá.

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