Indicios de fraude descarado en las elecciones del Estado mexicano de Chihuahua

Las elecciones para gobernador de Chihuahua, en el norte de México, se abrieron, a primera hora de la mañana de ayer, con el presagio de constituirse en un fraude descarado. Cambios en la localización de los colegios electorales, irregularidades en la constitución de las mesas, retrasos y adelantos sobre el horario previsto e incluso la apertura de los comicios con urnas ya llenas de papeletas fueron las anomalías advertidas por este corresponsal al abrirse las urnas.

El comienzo de la votación llevaba ya 50 minutos de retraso en la mesa 49-F, en la calle de Rubén Jaramillo, 223, de la colonia Villa, en Chihuahua. Unas 50 personas esperaban pacientemente fuera cuando llegaron en un coche tres individuos que portaban tres urnas cilíndricas de cartón con la inscripción "Gobernador, diputados y presidente municipal". Con gran rapidez depositaron las urnas sobre una mesa, en el patio de la casa donde estaba constituida la casilla electoral. Las urnas presentaban signos evidentes de estar llenas de papeles.A la petición de la interventora del derechista Partido de Acción Nacional (PAN) de que se verificase si las urnas estaban vacías, uno de los individuos, que se presentó como auxiliar de la Comisión Electoral Municipal, se negó categóricamente a abrirlas con el argumento: "Estamos ya retrasados y no se puede esperar más".

La gente de la cola inició una tímida protesta. Hubo gritos aislados: "Queremos ver si las urnas están vacías", pero no dieron resultado. Con signos de evidente nerviosismo, entre amenazador y suplicante, el representante de la comisión electoral alejó a la interventora del PAN de las urnas y se inició la votación. La interventora del PAN, una joven estudiante de Farmacia de 19 años, no fue capaz de imponer su derecho a controlar si las urnas estaban vacías, a pesar de que, al volcarlas, se percibía un ruido perfectamente identificable que indicaba que estaban llenas.

El artículo 536 de la ley electoral del Estado de Chihuahua establece que antes de iniciar la elección, "en presencia de los representantes de los partidos políticos", habrá que levantar "acta de instalación de la casilla, en la que deberá certificarse que se abrieron las urnas en presencia de los funcionarios, representantes y electores asistentes y que se comprobó que estaban vacías".

Unos centenares de metros más allá, en el mismo barrio de la Villa, una colonia habitada en su mayoría por familias de obreros de la industria maquiladora, estaba situada la casilla electoral 44-E. A las 8.20 hacían cola allí unas 30 personas. La mesa electoral se había constituido, según los interventores de los partidos, incluida la del Partido Revolucionario Institucional (PRI), antes de la hora prevista por la ley.

La sombra del fraude se cierne sobre las elecciones de ayer en Chihuahua, donde el PRI corría el peligro de perder, por primera vez en 57 años, la gobernación de un Estado. En los principales municipios de Chihuahua, el PRI había perdido las elecciones municipales el año 1983. La hostilidad contra el partido gubernamental es claramente palpable en casi todas las conversaciones mantenidas con ciudadanos de Chihuahua. La mayoría expresaba la convicción de que "aquí ganará el PAN, pero no les servirá de nada porque no le reconocerán la victoria".