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España y Noruega abren consultas sobre gas natural y prospección de crudo

España ha abierto conversaciones exploratorias con Noruega y la Unión Soviética -con la URSS el interés partió de Moscú- para diversificar a medio y largo plazo sus fuentes de aprovisionamiento de gas natural, ahora procedentes de Argelia y Libia. Asimismo, Hispanoil ha sondeado la eventualidad de tomar una participación en concesiones internacionales en el mar del Norte y, si se tercia, adquirir reservas probadas en la zona. Los primeros contactos fueron establecidos el pasado viernes por una delegación del Instituto Nacional de Hidrocarburos (INH), en el curso de una visita a Oslo.

Las fuertes inversiones previstas por Enagas, Butano y las empresas privadas distribuidoras en el proyecto de gasificación de España -unos 178.000 millones hasta 1992- han planteado a los planificadores energéticos españoles la necesidad de garantizar el suministro de este combustible a medio y largo plazo, pese a que hasta 1992 las necesidades están cubiertas con la oferta nacional y los contratos de Argelia y Libia.Pero el riesgo que puede existir de un fallo en el suministro argelino, por las razones que sean, y la expiración del contrato con Libia a finales de la década aconsejan sentar las bases para una diversificación en el aprovisionamiento. En estos momentos, las únicas fuentes de suministro de gas en Europa proceden, básicamente, de Noruega y de la URSS, sobre todo durante la década de los noventa. Precisamente Noruega acaba de firmar un acuerdo multimillonario con cuatro compañías gasísticas de otros tantos países europeos (RFA, Holanda, Francia y Bélgica) por el que se les garantiza el suministro de gas a partir de 1992.

Excedentes argelinos

Enagas, sin problemas de aprovisionamiento a corto y medio plazo (el problema, en los años próximos, es el contrario debido a los previstos excedentes que pueden plantear los suministros de gas argelino), estima que sus necesidades de gas superarán la oferta disponible con los contratos actuales a partir de 1992, especialmente si el acuerdo con Argelia se renegocia, en el momento de su expiración natural, en base a unos términos menos onerosos para España.Juan Badosa, presidente de Enagas; Óscar Fanjul, presidente del INH, y Carlos Payá, presidente de Hispanoil, mantuvieron la semana pasada varias entrevistas con los directivos de las tres empresas noruegas de petróleo, gas y prospección: Slavil, orsk-Hydro y Saga. El objetivo era realizar un primer acercamiento al problema del suministro del gas, así como estudiar otros campos de cooperación entre las compañías españolas y noruegas, fundamentalmente dentro del campo de la prospección y explotación de crudo.

Aparte de Noruega, la reciente visita del presidente del Gobierno, Felipe González, a la URSS provocó un intento de oferta de venta de gas por parte de los soviéticos, según indican fuentes solventes. El interés por el gas siberano se planteó hace unos años en España, coincidiendo con los problemas que atravesaban las relaciones hispano-argelinas. Un estudio de viabilidad demostró la escasa rentabilidad de este gas, debido, fundamentalmente, a la lejanía y a la necesidad de realizar fuertes inversiones para conectar, vía Francia, con la red de gasoductos europeos. No obstante, los soviéticos ofrecieron, al parecer, diversas opciones para rentabilizar su oferta, presumiblemente utilizando este combustible como mecanismo de pago en el comercio bilateral.

España tiene aún pendiente el problema de la conexión con su red de gasoductos con Europa cuestión que está aún pendiente de aprobación ministerial. Todo indica que la unión se realizará por Huesca tratando de conectarlos campos de gas de Serrablo con los de Laq, en Francia. Otra conexión alternativa, o paralela, se realizará por el País Vasco, lo que permitiría a franceses y españoles una mayor regulación de sus sistemas respectivos, aprovechando el gas procedente del pozo Gaviota.

La conexión con Europa permitirá la entrada de gas natural procedente del sistema europeo, suministrado en la actualidad por la producción siberiana y, en en los años noventa, por los yacimientos de la zona noruega de Thorn.

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