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Abrumadores testimonios contra el primer presunto 'gal' juzgado en Francia por asesinato

JOSÉ LUIS BARBERÍA, Pierre Baldés, ciudadano francés, presunto activista de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), acusado del asesinato del joven estudiante francés Benoit Pecastaing y de herir a otras tres personas, negó ayer ante. el tribunal y el jurado de Pan (Francia) cualquier implicación en ese u otro atentado. Desafiaba así los testimonios de más de dos decenas de personas que el 29 de marzo de 1985 le persiguieron por las calles de Bayona hasta alcanzarle inmediatamente después del tiroteo en el café-Les Pyrénées. Ante su negativa a aceptar las acusaciones, el propio presidente del tribunal se vio en la obligación de preguntar al acusado si era consciente de que se enfrentaba a una peña de reclusión a perpetuidad. El primer juicio contra un miembro de los GAL acusado de asesinato concluirá, el próximo viernes y la sentencia puede conocerse ese día, según fuentes judiciales.

En la primera jornada de un proceso que finalizará mañana y que ha suscitado una, notable expedición en los medios de comunicación franceses, Pierre Baldés, de 35 años, natural de Tarbes (Francia), adoptó una actitud de aplomo y frialdad que sorprendió al propio tribunal.Durante los prolongados y vacíos interrogatorios a que la Sala sometió al procesado, el tribunal dio la impresión de que los cargos de asesinato, tentativa de asesinato múltiple y tenencia ilícita de armas contra Pierre Baldés se encuentran ya de hecho plenamente ¡)robados. El juicio, primero que se -celebra en Francia contra un presunto gal acusado de asesinato, aportará probablemente la referencia del castigo que la justicia francesa reserva para los asesinos de este grupo terrorista y en esa medida puede condicionar el reclutamiento de los rnercenarios.

La expectación que los medios de información franceses dispensaron a este proceso se justifica además en el hecho de que la víctima mortal del atentado fuera un ciudadano francés y en el cúmulo de pruebas y testimonios reunidos contra, Pierre Baldés. Existía la posibilidad añadida de que el supuesto gal, dada su actual situación, optara por colaborar con la justicia y aportara datos que contribuyesen a esclarecer las estructuras de financiación y reclutuniento de los terroristas antiETA y a determinar la identidad de sus últimos y secretos promotores.

El acusado, condenado anteriormente a 10 meses de cárcel por posesión de bienes robados, sostuvo ante: el tribunal que el 29 de marzo del pasado año se encontraba por casualidad en las inmediaciones del café Les Pyrénées y negó que le perteneciera ninguna de las dos armas que parecen implicarle en el caso. Al igual que los miembros del GAL condenados a cinco años de prisión por pertenecer a lo que la legislación francesa define como asociación de malhechores, Pierre Baldés admitió haber estado en España en vísperas del atentado. "Fui a España", declaró, "a dar una vuelta y si el 29 de, marzo en Bayona intente huir de mis perseguidores fue simplemente porque me daban miedo; pensé que podían robarme o algo así".

Los hechos

Los hechos expuestos por el fiscal, recogidos en su día en las crónicas de Prensa, establecen que el 29 de marzo de 1985, a las 20.30, en Bayona, un hombre encapuchado y vestido con un impermeable penetró en el café Les Pyrénées y disparó repetidamente la pistola que empuñaba. Dos balas alcanzaron mortalmente a Benoit Pecastaing, un joven estudiante de 21 años, y otras hirieron gravemente al refugiado vasco, presunto activista de ETA Militar, Kepa Pikabea, de 30 años, -actualmente confinado fuera del País Vasco francés-; Jean Marc Mutio, de 24, que ha perdido prácticamente la vista, y Jean Jacques Hum, de 27.

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El agresor se dio inmediatamente a la fuga perseguido de cerca por un grupo de clientes, entre ellos varios refugiados, y en su precipitada carrera se desprendió de la capucha y del impermeable y arrojó al, río Nive una pistola del calibre 1143 utilizada en el atentado del bar. Al verse acorralado, el supuesto gal apretó repetidamente el gatillo de otra pistola, del calibre nueve milímetros. El grupo perseguidor logró inmovilizarlo.

Uno de los testigos, al pareceir un refugiado, presunto miembro de ETA que se encuentra en situación irregular en Francia, aportó a través de segundas personas el lugar exacto en el que el supuesto mercenario, Pierre Baldés, arrojó la pistola al, río Nive, al día siguiente el arma fue recuperada por submarinistas del cuerpo de bomberos. Ante este relato, corroborado por una veintena de testigos, Baldés se limitó a señalar que se encontraba en Bayona tratando de localizar a un amigo, que al parecer se dedica ilegalmente a la venta de máquinas de juegos de póquer,

El presidente del tribunal y el abogado general intentaron acusarle insistiendo en que precisara el motivo y la hora de: su llegada a Bayona, pero Baldés, tras unos momentos de duda en que . pareció encontrarse confuso, recuperó su habitual aplomo ateniéndose a unas referencias horarias que mantuvo ya hasta el final.

Entre los diversos testigos que comparecieron ante el tribunal, figuraba el comisario Roger Bosslet, jefe de la Policía de Bayona. Dirigiéndose al jurado Bosslet manifestó que "el GAL dispone de medios financieros, y ejecutantes entre antiguos miembros de la OAS (grupo armado opuesto a la independencia de Argelia) o miembros del hampa", según informa Efe.

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