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Reportaje:

El Rocío, ¿que será?

La romería anual al santuario de la Blanca Paloma, una mezcla de rito y fiesta

"El Rocío, ¿qué será?", pregunta la copla; la romería, fiesta, liturgia, que en el siglo XIII ya evocara Alfonso X el Sabio al mencionar a Santa María de las Rocinas, ahí está, cada año, cogollo del mundo mariano en que se convierte el santuario de Nuestra Señora del Rocío, término municipal de Almonte, bandeja marismeña, escenario de la flauta y el tamboril que ritman la rociera (sevillana más lenta y pausada), escenario de misterios y lo curas y entre bastidor de pecadillos.

"El Rocío, ¿qué será?": los andaluces más pesimistas dicen que este año besaron con sus ojos a la Virgen del Rocío, la Blanca Paloma, también nombrada Reina de las Marismas, unas 300.000 personas; los otros juran hasta por 1.200.000 romeros. ¡Qué importa. El domingo pasado, en vísperas de la madrugada del lunes de Pentecostés, cuando el salto de la verja del presbiterio de la Virgen -momento cumbre, catártico, sublime, bestial- se contaron tres muertos de la romería 1986, dos de tráfico y uno de infarto; durante esta noche, la más larga de las marismas almonteñas , el Rocío no eran números, era un mar embravecido de cabezas que "no se sabe si son cerebros o qué son", comentó un desconocido al lado del forastero que iba a vivir la noche celestial de los amores de la Blanca Paloma, simplemente, con los ojos abiertos y armado con papel y pluma.Sevilla más, y toda Andalucía, llevaban días y días cantando el Rocío; primeras planas de la Prensa diaria, y tres, cuatro, cinco y seis páginas, repetidamente, jaleaban el Rocío y los romeros caminantes, y sus carretas con los simpecados (estandartes distintivos de cada una de las 70 hermandades peregrinas), todos amantes de la Virgen que, ante sus ojos, para su regalo, sería secuestrada por los 200 o 400 mozos almonteños, vestidos de caqui, o de albero, como el color de la tierra de las calles de la aldea rociera. Para el turista / forastero, el Rocío comenzó por la mañana en Sevilla; el taxista Francisco Ortega Rueda, sevillano del barrio de la Macarena, sólo abrir la puerta recalentó la temperatura: "¿Vamos al Rosío?". "No, perdone". "¡Ay, qué pena!". "¿Dígame, por qué tanto Rocío?". "Pues, mire usted, porque esta tierra de Andalucía es una tierra de analfabetos y de incultos, y necesitan santitos; y le voy a decir una cosa, ayer y anteayer yo no gané para pagarle el sueldo que le tengo que pagar al dueño del taxi, y luego el Rocío".

Camino del Rocío cuentan que un médico del pueblo de Gines da de baja a mucha gente para que asista al Rocío; no pocos se empeñan; a una familia de andaluces trabajadores en Cataluña, los ochos días del Rocío les han costado. un millón de pesetas; atravesando Bollullos del Condado, los viejos que no le han desplazado al Rocío, sentados en sillas, miran, sueñan, o algo así; un colega comenta: "Yo soy agnóstico, pero el rito del Rocío me emociona". A derecha e izquierda de la calle central luce la modernidad: "Lavado mecánico", "Polígono industrial para la transformación de productos agrarios"; olivos, viñas, paisaje verde. Y el Rocío: un campamento de entrada, tiendas de campaña, caravanas, automóviles, polvo, polvo, carretas, cansancio, castañuelas, rocieras, vendedores fijos y ambulantes que ofrecen medallas de la Blanca Paloma, pulseras con horóscopo, cerámicas del Rocío; una señora afirma que "por una de estas casas de la aldea se pagan hasta 100.000 pesetas diarias.durante el Rocío. Bares, jamón, pollos, fino, niñas luciendo su palmito a caballo por las calles amplias color albero, polvorientas, llaveros de -la Reina de las Marismas; viejos, jóvenes, ricos, pobres, a pie, a caballo; se hacen apuestas sobre la hora del salto de la verja por los mozos de Almonte: sólo ellos lo saben, y ni siquiera ellos. El santuario de la. Virgen del Rocío es blanco, simple, simplista, pero no importa; la puerta de entrada del santuario está flanqueada por dos bares. El interior aparece como toda la humanidad; se habla, tocan los tamboriles al tiempo que los sacerdotes confiesan a niños, mayores, hembras y machos; se sudan torrentes; tres sacerdotes reparten la comunión; una mujer joven, casada (lleva anillo), mira a la Virgen obstinadamente, su rostro se transfigura, palidece, hasta que la primera lágrima rueda por la mejilla; hombres y mujeres rezan o hablan con la Virgen, mirándola, extasiados. Ya son las nueve de la noche; "Viva la Virgen del Rocío", gritan; "Viva", responde el gentío; una señora, desde por la mañana, en una sillita de tijera, mira a la Virgen; dos muchachos jóvenes, de unos 20 años, rezan con pasión visible. Cuando abandonan la ermita, en la puerta misma, se prestan al diálogo, ¿Qué quiere decir todo esto? "No sé, no sabría decirle; esto es la Virgen. ¿Usted no le ha hablado a la Virgen?". No, miraba a la gente. "Pues la Virgen lo es todo".Las casas del lugar acogen a las hermandades y a los turistas que pagan "lo que se pida"; dentro y fuera, "esperando el salto de la verja" se bailan rocieras, se toma chocolate, se come, se bebe sin cesar: las marismas hacen soñar; el simpecado lo preside todo; los hombres con traje campero,chulean las palabras cuando se hablan o se piropean; empieza a anochecher. "El Rocío, ¿qué será?: mucho porvo, mucho porvo...", reza una sevillana rociera.

Hace pocas horas el presidente .socialista de la Junta de Andalucía, José Rodríguez de la Borbolla, se hizo hermano numerario de la Hermandad Matriz de Almonte; y su mujer, Gracia, que apostilló: "Ser miembro de la Hermandad Matriz es un regalo". El tamboril y la flauta son la cultura sonora del Rocío; alguien lo explica todo gritando: "Aquí no hay más Dios que la Virgen". La camarista de la Virgen, Ana González Acevedo, ejerció durante 62 años, murió días pasados, y su hija, Carmen Morales, la nueva caramera de la Blanca Paloma, con su hermana, que la sucederá un día (es la tradición), son ahora las únicas personas en el mundo que pueden ver desnuda a la Virgen, que tiene tres trajes de oro y cinco corrientes: "Viste su refajito, la camisa de dormir, seis enaguas, y todo es blanco". ¿Su busto es como el de una mujer?. "Sí, pero eso no se puede decir". ¿Tiene zapatos?. "Tampoco se puede decir". La camarera trabaja "por fé y no por un sueldo"; la Virgen, para ella, "es como mi segunda madre; me he criado con ella desde chiquitilla".

Son las 0.10, "esperando el salto de la verja"; las campanas repican, los cohetes horadan el cielo, aquí va a ocurrir algo; Ángel Díaz de la Serna Carrión, presidente de la Hermandad Matriz de Almonte, de la que son filiales todas las demás hermandades: "Esto es el movimiento mariano de Andalucía, y como Andalucía es la tierra de María Santísima, éste es el movimiento mariano mas importante de España; aquí no hay política, aquí empieza el Rocío y termina la política: Andalucía es la tierra de la incomprensión, esto es un misterio, y no un fenómeno social"; el que no sea andaluz no comprende". ¿Hay que creer en Dios? "Todo lo mueve la Virgen; esto es el pasado, el presente y el futuro; si le pregunta a la gente le contarán mil milagros de la Virgen". Díaz de la Serna es economista. Manolo Vázquez, el ex torero del barrio de San Bernardo: "Esto es único en el mundo". Manolo Escobar: "Una fiesta única e irrepetible, entre pagana y ritual". Alvarito Dornecq:"aquí se emociona uno para todo el año".

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La noche brama; sólo hay hombres y mujeres vestidos de pasión, rezando el rosario o bailando rocieras, o comiendo churros. Son las 2.40: barullo, explosión gigantesca en el interior ' del santuario; los mozos de Almonte han saltado la verja, repartiendo bofetadas, violentamente, sin duelo con quien no sea almonteño: "Esto no es metafísica; esto es un acto de rebelión del pueblo modesto; cuando le ha dado la gana se ha apoderado de la Virgen; durante las 10 horas largas que peregrinarán por la aldea, ellos son el poder, simbólica e inconscientemente, es cierto; después, el orden social se restablecerá", así opina el antropólogo y universitario Isidoro Moreno. La Virgen en andas, esperando las claras del día para visitar a las hermandades, como una ola, con sus mozos, pasea; un almonteño tatuado reparte guantazos; todo es furia entre los hombres de Almonte; su lucha por la Virgen los desencaja: su mirada es fuego, su expresión desafío; niños en volandas por encima de las cabezas realizan su sueño: tocar el manto de la Virgen. Campanas, cohetes, gritos: "Guapa, guapa y guapa"; la catarsis es carne y hueso hirviendo; "Bonita, bonita y bonita". La Virgen se enreda en un cable eléctrico, emoción, nada, respiro, aplausos; la televisión francesa se jarta. Manolo Vázquez filosofa al recordar la palabra de un banderifiero de su barrio sevillano: "No sé qué pueden hacer los ingleses los domingos sin ir a los toros por la tarde". Una sevillana: "Yo vengo aquí por la juerga". Al ver que el forastero anota, advierte: "No diga usted eso porque lo matan". Ya es día; la Blanca Paloma escucha- la Salve; y en el patio de una casa rociera se baila con manzanilla de San Lúcar; y se bebe un estilo, una casta.

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