La Mutua Pelayo o el mundo al revés
Tengo concertado el seguro obligatorio de mi vehículo con la Mutua Pelayo. Con fecha 4 de abril me comunican que han decidido incluir en m¡ póliza la garantía de asistencia en viaje, concertada con la entidad Mondial Assistance. Me adjuntan la tarjeta de tal servicio y me explican lo maravilloso de sus prestaciones.Pero como ya han decidido por mi cuenta que debo estar totalmente de acuerdo (¿y quizá también les debo de estar agradecida?), me informan que la correspondiente prima de 1.500 pesetas ha sido incluida en el recibo de mi póliza de seguro, cuyo pago tengo domiciliado en mi cuenta corriente. Firma esta sorprendente misiva el presidente de la Mutua, señor Calle de Vega, y en una posdata me conmina a "no dudar en llamarle por teléfono en caso de no desear este nuevo seguro que la Mutua ofrece (¿pero no quedamos en que ya lo han decidido?) a sus mutualistas".
Tras dos penosos días intentando establecer contacto telefónico, pues siempre comunicaba el dichoso teléfono (¿motivado quizá por la avalancha de llamadas para agradecer a la Mutua su molestia en decidir por sus mutualistas?), consigo por fin explicar a una seflorita que, gracias, muchas; gracias, pero que ya soy mayorcita para decidir por mí misma y no deseo tal servicio, y que cómo me resarcen de todas las molestias que me he debido tomar para darles una negativa a algo que no he pedido y que tampoco me han solícitado.
Me pasa al delegado, el cual me informa que esta forma de venta ha sido decidida por el departamento de marketing en beneficio de los mutualistas.
Señor director: es como si EL PAÍS decidiese por su cuenta incluir el Anuario y demás publicaciones a los suscriptores de su diario, incrementando su importe en el de la suscripción del periódico, y solicitando que quien no esté de acuerdo que lo diga. ¿Es esto marketing? ¿Qué calificativo merecería?
Pues es el calificativo que se me ocurre para la Mutua Pelayo, que per respeto a su digno periódico no reproduzco aquí que dejo al buen juicio de los lectores.- Rosa Hernández Baquero.
