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Los 'cachorros' de la derecha

Jóvenes liberales de aspecto tecnócrata y deportivo esperan disputarse las carteras ministeriales en nombre de los 'grandes santones'

Soledad Gallego-Díaz

La derecha francesa se identificaba en 1981, cuando Valéry Giscard d'Estaing perdió las elecciones y tuvo que dejar la plaza al socialista François Mitterrand, con las imágenes de Jacques Chirac y Raymond Barre, pero también con la de ministros como Michel Poniatowski, Alain Peyrefitte y Michel d'Ornano. Hoy, cinco años más tarde, Giscard, Chirac y Barre siguen siendo los jefes de fila pero detrás de ellos han aparecido multitud de caras nuevas, jóvenes liberales de aspecto tecnócrata y deportivo, que leen tanto Le Figaro como Libération, disfrutan escuchando música rock y juegan con ordenadores.

Son ellos, los cachorros de la derecha, los que, llegado el momento, se disputarían las carteras ministeriales. Los hijos de Jacques Chirac se llaman Jacques Toubon, Philippe Seguin, Alain Juppe o Michel Noir. Tienen todos menos de 45 años y proceden, como es casi obligación para un político francés, de la famosa Escuela Nacional de Administración (ENA). Los cuatro son buenos polemistas, infatigables trabajadores y entusiastas de la causa neoliberal.Toubon, que cumplirá 45 años el próximo verano, es, oficialmente, el número dos de la gaullista RPR (Asamblea para la República) y sueña desde siempre con la cartera de Interior. Su padre era un crupier del casino de Niza que al llegar a casa imponía el orden por encima de todo. Toubon tiene fama de excavadora, pero algunos socialistas reconocen, en privado, que puede ser un compañero encantador cuando se trata de hablar de pintura contemporánea.

De todos los cachorros, Toubon es el que tiene menos imagen americana, tal vez porque no ha conseguido evitar la calvicie y porque, pese a su incesante práctica del jogging, no consigue aligerar su aspecto macizo. Su memoria es prodigiosa, duerme habitualmente menos de seis horas y no duda sobre cuál será su futuro político: el que quiere su patrón, Jacques Chirac, por el que siente, dicen sus amigos, auténtica devoción.

Su colega Philippe Seguin es un pied noir (nació en Túnez) de 42 años que ha dado por perdida la batalla contra los kilos. Pesa casi 100, pero es un gordo dinámico y temible. Defiende ardorosamente la cohabitación. Sus relaciones con Jacques Chirac pasan a veces por altos y bajos, debido a su fuerte personalidad. Entre sus colabora dores es famoso su mal genio, compatible con repentinos ataques de jovialidad.

El personaje más prometedor del RPR parece ser Alain Juppe, un economista inspector de finanzas, de 40 años, que se ha convertido en el consejero más importante de Chirac. Juppe es liberal admira la política económica de EE UU y podría muy bien llegar a ser ministro de Finanzas... si Giscard no reclama un día el puesto.

El cuarteto de jóvenes leones gaullistas se cierra con Michel Noir, un empresario de 42 años, que escribió un libro sobre mercadotecnia política y que juega al ajedrez en competición.

El "delfín" de Giscard

El delfin del propio Giscard d'Estaing se llama François Leotard, presidente del Partido Republicano y vicepresidente de la Unión para la Democracia Francesa (UDF). Según los sondeos, es el político francés con más futuro, el más atractivo y el más simpático.

Leotard es hermano de un conocido actor de cine, pero en su juventud no se sintió atraído por el mundo del espectáculo, sino por la religión: pasó cierto tiempo como novicio en un convento trapense. Ahora, que tiene 43 años, representa mejor que nadie la nueva generación de políticos franceses. Corre desde hace años la maratón de Nueva York y es uno de los principales gurús del liberalismo.

La mano derecha de Leotard, Alain Madelin, cumplirá 40 años precisamente dentro de 10 días. Es hijo de un obrero y se relacionó en su juventud con grupos de extrema derecha, pero pronto se dio cuenta de que su carrera política no pasaba por ahí. Abogado, con aspecto de niño bueno, Madelin ha demostrado durante la campaña electoral que puede ser un enemigo correoso en un debate. A la hora de ponerse en la cola para un reparto de carteras ministeriales tendría, sin embargo, que dejar pasar a Jean-Claude Gaudin, el actual portavoz de la UDF en la Asamblea Nacional. Gaudin es el más viejo del grupo, 47 años, y ha hecho una buena carrera dentro de la coalición, negociando entre los distintos grupos.

En el entorno de Raymond Barre se cultiva una imagen más reposada y clásica. Sus seguidores juegan la carta de unas elecciones presidenciales anticipadas. Sus principales arietes son François d'Aubert y Edmond Alphardery.

Los dos tienen 42 años. Barrista entre barristas, François d'Aubert es un personaje curioso que terminó la mili en un batallón disciplinario por haberse tomado por su cuenta un permiso y haberse ido a París a participar en las peleas callejeras de mayo de 1968. Las intervenciones de D'Aubert en la Asamblea Nacional eran temidas por los socialistas porque puede llegar a ser exasperante en su búsqueda de exactitud y precisión. D'Aubert -uno de los pocos que no ha cambiado las gafas por lentillas- representa el lado político de la corriente Barre.

Su amigo Edmond Alphardery es el portavoz para temas económicos. Amable y distante, este antiguo decano de Ciencias Económicas no se preocupa mucho del look, pese a que es, realmente, el más americano de todos, miembro de la escuela de Chicago. Si Barre lograra algún día realizar sus sueños, él sería, sin duda, el responsable de las finanzas.

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