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EL RECONOCIMIENT0 DE ISRAEL

Se lo pusieron en bandeja

El Gobierno español parece haber puesto en bandeja la realización de una operación dirigida contra sus funcionarios destacados en Líbano, a juzgar por las primeras noticias procedentes de Beirut sobre el desarrollo del secuestro de al menos un diplomático, un empleado libanés de la embajada y un agente de seguridad español.La decisión de enviar a los geo en el vuelo directo Madrid-Beirut del viernes de las líneas aéreas libanesas Middle East Airlines (MEA), a cuya lista de pasajeros con reserva tiene acceso cualquier grupo armado, es ya de por sí sorprendente, pero lo que deja atónito es que desembarquen en la capital libanesa el mismo día en que se anuncia el establecimiento de relaciones entre España e Israel.

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Un "geo" y dos funcionarios de la Embajada de España en Beirut, en poder de extremistas shiíes

Planificar un secuestro lleva tiempo, incluso en el caótico Líbano, y no parece, por tanto, que la crispación probablemente. provocada en algunas comunidades musulmanas por la iniciativa diplomática española pueda ser la única causa de este triple apresamiento, llevado a cabo, según una primera reivindicación, para obtener la liberación de dos reos shiíes que cumplen condena en la cárcel española de Alcalá-Meco por el frustrado asesinato de un diplomático libio. El anuncio del intercambio de embajadores entre Madrid y Tel Aviv ha debido de ser, más bien, un pretexto o una motivación suplementaria para los autores de esta operación.

Colaboración difícil

Pero para rescatar a los rehenes será ahora mucho más difícil contar con la colaboración, en este clima enrarecido por la iniciativa española, de las milicias musulmanas, que sí prestaron eficazmente su colaboración para liberar al embajador Pedro Manuel de Arístegui y Petit cuando fue capturado en octubre de 1984.

Lo que más incomprensible resulta es, sin embargo, que para llegar hasta la residencia del embajador, situada en el barrio cristiano de Hadat, los superiores jerárquicos de los agentes les enviasen a Líbano a través de su aeropuerto internacional, ubicado en zona musulmana, y los automóviles tomasen a continuación la autovía del aeropuerto, donde se han realizado la mayoría de los secuestros de extranjeros.

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Cuando el pasado mes de octubre tres altos funcionarios del CESID y de los ministerios de Asuntos Exteriores e Interior se desplazaron a Beirut para estudiar sobre el terreno las posibles mejoras que se podían aportar a la seguridad de la embajada y de la residencia del jefe de misión, la delegación viajó a Líbano por mar. Zarpó desde el puerto chipriota de Larnaca para atracar en el cristiano de Junieh, donde nunca se han producido capturas de extranjeros, como tampoco han tenido lugar en la carretera que desde allí conduce a las dependencias españolas.

Por motivos de seguridad, los tres funcionarios ni siquiera pisaron durante su estancia en Líbano el sector musulmán de la capital libanesa. ¿Por qué no se tomó la misma precaución con los agentes de seguridad que aterrizaron ayer en Líbano y por qué esperaron al mismo día en que España establecía relaciones con el Estado israelí para llegar a su nuevo destino?

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