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Inteligencia de Plácido Domingo

Los que conocemos a Plácido Domingo encontramos en el programa Homenaje a Sevilla (emitido por TVE-1 el pasado martes) un auténtico reflejo de su personalidad. Su inteligencia y su ambición, su entusiasmo a veces casi infantil y sobre todo su gran categoría de artista lograron salir a las ondas a través de este programa musical. Suya fue la idea de rendir homenaje a la bella ciudad del Guadalquivir, escenario frecuentísimo de la inspiración de compositores, aunque en el repertorio de Plácido figuren como tales sólo Carmen y La fuerza del destino.Su entusiasmo contagió a figuras como Levine y Ponelle, punteros en sus especialidades, y así se consiguió realizar el proyecto. Su ambición no sólo le hizo sobrepasar su clase de tenor lírico-dramático para abordar papeles en las antípodas -el de tenor lijero de Almaviva y el bajo barítono de Don Juan-, sino también llegar a cantar a dúo consigo mismo. Pocos artistas líricos, si hay alguno, pueden osar tanto y salir con éxito del empeño.

Y no es que Plácido Domingo estuviera brillante en todas las piezas, ya que obviamente ni el Barbero ni Florestán serían aceptados por los entendidos. Sin embargo, su desenvoltura, por cierto mucho mayor actuando que hablando, y su clase, unida a la brillantez de la música y la realización, le permitieron calar en un gran público ajeno a tecnicismos.

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