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Díaz Merchán afirma que el Concilio Vaticano II ayudó a la reconciliacion de sociedad española

Juan Arias

"El Concilio Vaticano II nos ha ayudado a ser instrumentos de reconciliación y de paz en medio de la sociedad española, que experimentó en estos años un profundo cambio cultural, social y político", dijo ayer ante el sínodo de los obispos el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Gabino Díaz Merchán, arzobispo de Oviedo. Su intervención ha sido una de las más claramente conciliares de las escuchadas hasta ahora. Según el prelado español, el Vaticano II debe seguir hacia delante. "Tenemos que continuar", dijo, "el esfuerzo de renovación conciliar en todos los órdenes de la Iglesia".

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Gabino Díaz Merchán, que habló en español y en nombre de toda la conferencia episcopal, afirmó que el Concilio Vaticano II ha sido y lo sigue siendo "una gracia extraordinaria de Dios" para todas las diócesis españolas. Con la ayuda del Concilio la Iglesia de España, añadió Merchán, ha podido realizar su misión "sin poner su esperanza en el apoyo de los poderes de este mundo".Ante los aplausos de la asamblea el presidente de la Conferencia Episcopal Española dijo a los 164 padres sinodales presentes: "No nos dejemos dominar por el miedo ni por la angustia ante las dificultades. No pretendamos en pocos años resolver todos los problemas de la Iglesia y de la humanidad. Seamos humildes y mantengamos la fe".

Díaz Merchán no ha hecho, como otros compañeros suyos, una alabanza del Concilio para arremeter después contra el posconcilio. Al revés, afirmó abiertamente que "no sería justo atribuir al Concilio las dificultades que ahora encuentra la Iglesia y las deficiencias sobrevenidas en el período posconciliar". Y para que lo entendieran los que no sabían español dijo en latín: "No se puede argumentar post hoc ergo propter hoc", es decir, "después de esto luego a causa de esto".

Más aún, según Díaz Merchán el Vaticano II aún no ha revelado todas sus potencialidades escondidas. "No podemos", dijo, "dar por terminada la renovación conciliar, cosa que al revés piensan quienes creen que el Concilio ha ido más allá de lo convenido". Según el prelado español "tenemos que continuar el esfuerzo de renovación conciliar en todos los órdenes de la Iglesia".

Por lo que se refiere a la actitud que la Iglesia debe tener frente a los que se presentan como no practicantes, agnósticos o no creyentes y frente a los grandes desafíos que nuestro tiempo plantea a la Iglesia, Díaz Merchán dijo ayer explícitamente que "el Concilio no ha creado ni agravado estos problemas". Al revés, añadió Merchán, "nos ha ayudado a descubrirlos en su importancia real y nos ha preparado para afrontarlos con las armas del espíritu".

Condena

Y mientras ha denunciado una cierta "autocrítica llevada al extrerno" o a quienes pretendieron interpretar el Concilio Vaticano II "sólo desde su punto de vista cultural o político", no ha dejado al mismo tiempo de condenar también -cosa que no había hecho hasta ahora ningún otro padre sinodal- a quienes se opusieron al Concilio: "Entre nosotros hubo también", dijo, "quienes no aceptaron plenamente las enseñanzas del Concilio".Por último, Díaz Merchán, poniéndose en esto en sintonía con muchos otros oradores que lo precedieron, pidió ayer que las conferencias episcopales sean "fortalecidas como instrumentos al servicio de la colegialidad del ministerio de los obispos". Y acabó haciendo una llamada al sínodo para que haga suya "la causa del hombre y de la humanidad", como también "la defensa de los pobres, de los despojados, de los enfermos y ancianos, de la paz, de la justicia, de la libertad, de la cultura y de todo aquello que favorezca", dijo, "el desarrollo del hombre".

Intervención de Ratzinger

El cardenal Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que en los primeros días del sínodo ha sido atacado por muchos obispos, empezó su intervención preguntándose cómo se explica que el Concilio Vaticano II haya dado una visión tan atractiva de la Iglesia y que al mismo tiempo se advierta tan poco amor a ella en el mundo. Y ha respondido él mismo a su pre gunta afirmando que esto se debe al hecho de que en el posconcilio se ha puesto el acento en el concepto de Iglesia organización, considerándola más bien como una especie de multinacional que debe funcionar perfectamente y en plena eficiencia. Y con ironía les dijo a los obispos que estuviesen atentos porque lo que estaban haciendo en este sínodo era ofrecer al mundo el espectáculo de una Iglesia preocupada sólo de pedir más poder, refiriéndose a quienes han solicitado mayores atribuciones a las conferencias episcopales y al mismo sínodo de obispos.Ratzinger les dijo que mientras en la sociedad de hoy los jóvenes contestan todo lo que concierne al poder, los obispos han llegado a Roma preocupados más bien por acrecentar su poder personal. Y ha pedido que se vuelva al concepto de Iglesia corno "rnisterio" o como "esposa de Cristo" y no como un organismo internacional.

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