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Mickey Rourke

El protagonista de 'La ley de la calle', una de las estrellas de la pantalla en Norteamérica

Mickey Rourke, el chico de la moto en la película de Francis Ford Coppola La ley de la calle, se está convirtiendo en una de las figuras más populares del cine en Estados Unidos. En su país se le considera el nuevo Pacino, el otro De Niro. Un ambiente violento le marcó durante sus primeros años de juventud, y no ha sido muy distinta la imagen que ha tenido que desempeñar en el cine. Su actitud ante la vida real y la ficticia es la misma: una actuación perpetua. Un reflejo de sí en la pantalla y el papel de Mickey Rourke, cada día.

Lo primero que ve uno de él es un musculoso brazo que se acerca a estrechar la mano en un saludo. A pesar de las temperaturas en descenso, Mickey Rourke lleva solamente un chaleco y unos pantalones negros muy anchos y algo desabrochados. Su aspecto desaliñado parece haber sido cuidadosamente diseñado. Parece más alto de lo que en realidad es. El pelo engominado y la barba algo crecida completan una primera impresión que no se aleja de la que ofrece en las películas que ha interpretado.Nacido hace 30 años en un barrio de Nueva York, fue durante una época boxeador aficionado. Estuvo en el Actor's Studio durante cuatro años, aunque irregularmente. No considera que el método de esta famosa escuela del arte dramático le haya ayudado demasiado. Le hacían sentir inseguro. "Es un método inventado por Stanislavski para trabajar de una manera muy limitada. Se trabajaba una sola escena durante meses. Ahora, en nuestros tiempos, se trata de impresionar en el momento y hacerlo funcionar en las situaciones que te lo demandan. Nadie puede enseñar te eso", afirma.

Rourke calla su voz confidencial un momento, para dejarla es capar luego en un tono más grave. "Yo provengo de un ambiente muy violento. Mis cinco hermanos han salido y entrado varias veces en la cárcel y yo he visto mucha mierda por las calles. No es que yo sea un mal tipo; es que estaba en un ambiente así, y, dado el momento, tenía que hacer algo y lo hacía. Pero todo esto no es más que una actuación también, y también es la forma en la que yo reaccionaría en una situación similar. Uno sólo puede hacer una escena tal como la viviría en la vida real, y es la única forma en la que yo sé hacerlo".

La película de Michael Cimino The year of the dragon, que en España se llamará Manhattan Sur, ha despertado polémica en Estados Unidos. Se trata de la primera vez en que se aborda el tema de la corrupción en la comunidad china norteamericana, y, pese a la calidad técnica, ha sido calificada por distintos sectores de racista. En ella Rourke interpreta a un policía que quiere desmantelar la mafia china de la heroína.

A mí nunca me han gustado los policías, y cuando me dijeron que tenía que interpretar a un policía 15 años mayor que yo pensé que no me interesaba. Pero decidí que si tenía que ser un policía iba a ser el policía que yo sería en ese caso. Como actor, quise afrontar el reto de hacerlo irreprochablemente. Yo fui y me mezclé con esa gente, en sus barrios, en sus costumbres: fui a la morgue a ver los cuerpos, cuatro meses y medio antes de la película estuve viviendo como el policía que iba a ser. Presencié, minutos después de haberse cometido, 28 asesinatos".

Pese a esto, no le gusta que se le compare con un Silvester Stallone o un John Travolta. "No creo que me contraten por mi cara o por mi cuerpo. Además, ¿tú conoces a Stallone?", dice. "Pues es así", y con la mano a la altura de su hombro, sonríe. Tanto esta película como la última en la que ha trabajado, Nueve semanas y media, se estrenarán en España en enero.

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