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El proceso lógico de los temores diarios

La continuidad de la presión vendedora está dando como resultado la aparición de algunos síntomas de nerviosismo entre los habituales de los mercados de valores, al tiempo que un buen número de operadores ven en esta situación una serie de componentes lógicos. La pregunta que flota en el ambiente es si se pueden considerar suficientes los 2,37 puntos que ha retrocedido el índice general desde su máximo anual, o si bien es conveniente una mayor limpieza de fondos. Todo ello, por supuesto, desde un punto de vista puramente técnico, sin tener todavía en cuenta los problemas adicionales a los que se enfrentan los mercados.Las últimas sesiones se han caracterizado por un retroceso de la presión compradora, cuyo efecto más inmediato ha sido el dejar al descubierto la dinámica interna del mercado, inmerso en un proceso realizador que, en principio, no debería pasar de ahí. La falta de apoyo del dinero ha obligado a la renta variable a efectuar el más dificil todavía del ahora sin red, por lo que no es de extrañar que sus piruetas hayan puesto nerviosos a los menos experimentados. De vender a cualquier precio se ha pasado al apoyo institucional, y todo ello por la actitud de reserva que han empezado a mostrar los compradores.

El ambiente, ya de por sí enrarecido, se enturbió con los nuevos problemas surgidos en torno al traspaso de activos entre las compañías eléctricas, algo a lo que los asiduos ya parecen estar acostumbrados pero que todavía se utiliza como justificación, tal vez por el apego que por los patios de operaciones se suele mostrar .hacia la tradición. El caso es que las realizaciones de beneficios volvieron a llevar la voz cantante y que, pese a cantarse algun dinero a última hora, el papel dominaba la situación. Ésto sirve para la mayoría de los sectores del mercado, aunque se observó una mayor incidencia entre los valores eléctricos, orientados mayoritariamente a la baja, salvando las diferencias entre el sector público y el privado.

El precio del dinero, argumento utilizado en estos días para justificar la presencia de dinero en el mercado de renta variable, continúa cayendo, con lo que parece perder parte de su validez para explicar la trayectoria de las bolsas de valores.

En este sentido, los pagarés, del Tesoro negociados en la bolsa madrileña, con pacto de recompra a una semana, alcanzaron la extraordinaria cifra del 3% como retribución anual mínima, al tiempo que el máximo se establecía en un lógico 8,50%. A uno y tres meses los tipos de interés se mantienen a la baja, pero sin forzar la situación.

En lo que se refiere a las operaciones a vencimiento, el rendimiento anual de los pagarés del Tesoro se mantiene por encima del 9%, negociándose algunos al 10,261%. El mercado interbancario coincide, en términos generales, con esta situación, por lo que hay que pensar que el corto plazo aprieta, pero a tres meses no ahoga. Ante estos datos, los pronósticos sobre la evolución del mercado de renta variable se hacen, cuando menos, difíciles, sobre todo teniendo en cuenta que el dinero ocioso no es, en estos momentos, un bien escaso.

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