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Adam Schaff

El filósofo polaco, miembro del Club de Roma, cree que el "marxismo está más vivo que nunca", pero augura un futuro "sin clase obrera" y marcado por el paro

Rosa Cullell

Adam Schaff nació en 1913 en la ciudad polaca de Lvov. Fue durante 53 años miembro del partido comunista polaco, hasta que lo expulsaron. Escribió El comunismo en la encrucijada y los comunistas ortodoxos se rasgaron las vestiduras. En 1966 mantuvo una fuerte polémica con Jean-Paul Sartre sobre el papel del individuo en la marcha de la historia. Casi 20 años después, "Sartre está muerto y el estructuralismo también, mientras que el humanismo marxista sigue vivo". Ahora, este filósofo marxista es el único miembro procedente de los países del Este en el comité ejecutivo del Club de Roma. "Estoy con ellos porque se preocupan por el futuro de la humanidad: un futuro sin clase obrera marcado por el paro estructural y el tiempo libre".

A Adam Schaff, con sus 72 años bien vestidos, aún le quedan ánimos para enfadarse cuando se le pregunta si aquellos libros suyos publicados en los sesenta y que defendían el humanismo marxista siguen teniendo validez en los ochenta. Las manos se agitan, la ceja se levanta, el ceño se frunce y su mirada, antes de contestar, fulmina al interlocutor: "Claro que son válidos. El marxismo está ahora en una posición más fuerte que nunca. Han sido los marxistas los que han aplicado el marxismo en contra del propio Marx". Schaff se refiere a esos dirigentes que consiguieron su expulsión del partido comunista polaco "tras 53 años de militancia" o a esos políticos "que han aplicado erróneamente el socialismo". Todos ellos son calificados por el autor de Marxismo e individuo humano como "dogmáticos e incapaces de aceptar la crítica".Schaff habla sin parar de lo que le interesa y rechaza, golpeando el aire con sus manos grandes y cuadradas, "esos temas del pasado". Ya no le interesa hablar de sus discusiones con Jean-Paul Sartre, que le llevaron a publicar, en 1966, su libro Polémica Adam Schaff versus Jean-Paul Sartre. "Jean-Paul, que era un gran pensador, está muerto y el estructuralismo también está muerto. Ninguna filosofía ha podido sustituir al marxismo", afirma.

Ahora, Schaff, que reside en Viena y trabaja en el Centro Europeo de Investigación y Documentación, se entusiasma con "esta segunda revolución industrial". Una revolución fomentada por las nuevas tecnologías que, afirma, "provocará un paro estructural duradero e irreversible y cuya consecuencia será la desaparición de la clase obrera y el incremento del tiempo libre". Schaff sabe que "algunos marxistas" criticarán duramente sus opiniones. Pero parece importarle bien poco.

"Esta revolución", advierte, "e irreversible y positiva, pero hemos de buscar un nuevo sistema económico y social para el mundo del futuro".

El mundo del futuro es el centro de los sueños y del trabajo actual de Schaff, que ha entablado y conversaciones con una editorial española para que le publique en castellano su último libro, titulado ¿Hacia dónde vamos? Un libro que ha producido el gotha de los poderosos, el Club de Roma Schaff es el único miembro del comité ejecutivo del club procedente de un país del Este.

El filósofo polaco no encuentra inconvenientes en compartir sus ideas marxistas con los hombres más destacados del capitalismo. "A mí me gustan. Son los únicos que se atreven a hablar del futuro de la humanidad: de la polución de los mares, de la escasez de recursos, del paro masivo... Son independientes y no tienen miedo". Durante un segundo deja de hablar, sonríe y admite: "Son tan poderosos que no tienen nada que temer".

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