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Chun Doo Hwan, un presidente duro

El general Chun Doo Hwan, cuando tomó el poder a través de un golpe militar en la República de Corea, el 12 de diciembre de 1979, prometió el respeto de las libertades democráticas y de los derechos humanos para los 37 millones de ciudadanos de Corea del Sur. Éstos vivían momentos de inestabilidad política y social tras el asesinato del presidente Park Chung Hee, perpetrado por el jefe de la célebre CIA surcoreana, mientras cenaba en la Casa Azul, su residencia presidencial, en Seúl.Los resultados inmediatos para los surcoreanos fueron, sin embargo, la aplicación de la ley marcial,' la detención de los principales líderes democráticos, la censura en la Prensa y el envío del Ejército contra las manifestaciones estudiantiles, con un resultado de 174 personas muertas a lo largo de 10 días de protestas en Kwanju, en marzo de 1980.

Chun ordenó una "campaña de purificación", en la que depuró a muchos funcionarios, periodistas y militares, y organizó una campaña electoral que dio prácticamente la mayoría absoluta al movimiento presidencial del Partido de la Justicia Democrática. Kim Dae Jung, considerado como el más firme adversario de Chun, fue condenado a 17 años de cárcel por sedición, mientras otros líderes políticos eran también encarcelados o privados de sus derechos cívicos.

Bajo el mandato de, Chun los surcoreanos conocieron un rápido crecimiento económico, comparable a un segundo milagro japonés, con índices de crecimiento del orden del 8% anual, aunque a un coste de un endeudamiento exterior cifrado en más de 41.000 millones de dólares (unos 7,5 billones de pesetas). Chun fue honrado con las visitas de Ronald Reagan y del papa Juan Pablo II, y logró una victoria moral para los surcoreanos cuando, el pasado mes de septiembre, en Tokio, el emperador Hiro Hito se disculpó por las brutalidades japonesas en Corea durante la II Guerra Mundial.

Partidario de una democracia controlada, Chun Doo Hwan -con citas importantes como los Juegos Olímpicos de 1988 en Seúl- esperó una confirmación popular de sus políticas con el voto para la renovación de la Asamblea Nacional, de poderes consultivos, celebrada el pasado de febrero. Sin embargo, los no refrendaron la era Chun y votaron en gran parte a la oposición, parcialmente tolerada por Chun, mientras el presidente surcoreano cedía a las presiones estadounidenses para un retorno a Seúl de Kim Dae Jung.

Chun dice y repite que no será "candidato" en las elecciones presidenciales previstas para marzo de 1988. Los analistas opinan que intentará una sucesión garantizada por un hombre "responsable". Se habla de su hermano, Chun Kaong Semaul, o del presidente del Comité Olímpico Surcoreano, No Tae Woo, como posibles candidatos. Mientras tanto, Chun Doo Hwan, el duro presidente de la República de Corea, de 54 años de edad, brillante militar de carrera, que dirigió a los surcoreanos de la División Tigre Blanco durante la guerra del Vietnam, continúa dando prioriodad a la firmeza, tanto en lo político como en lo militar, como algo imprescindible para la defensa ante Corea del Norte.

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