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El Ejército israelí espera haber concluido su retirada de Líbano en septiembre

"El último soldado israelí abandonará probablemente el territorio libanés en septiembre", acaba de declarar el general Ori Orr, el responsable militar del frente norte, que supervisa personalmente la retirada del Tsahal -Ejército israelí- de Líbano, cuya primera etapa está a punto de concluir. Las unidades israelíes que se encuentran todavía en la región de Sidón esperan la orden para la partida definitiva. El ambiente en Sidón es distendido. Todo está tranquilo antes de la tormenta.

En la misma ciudad de Sidón, las opiniones están divididas. Algunos piensan que se respetará el pacto de no agresión firmado entre musulmanes y cristianos. "Aunque no fuese más que para salvar la ciudad y el puerto del que depende nuestro pan", afirma un comerciante suní. Otros son más escépticos. "Los shiíes son los más fuertes porque son los más feroces y no tienen un gran apego a la vida. Son menos numerosos, pero su fanatismo les confiere cierta superioridad sobre las otras etnias. Tomarán la ciudad, a menos que se produzca una improbable alianza entre drusos, suníes y cristianos", asegura un abogado druso.

"Cuando el último tanque israelí haya desaparecido tras las colinas, suníes, shiíes, drusos y cristianos, sin contar los palestinos, se lanzarán los unos sobre los otros para conseguir la supremacía de la ciudad", afirma un oficial de las milicias cristianas del general Antoine Lahed, que se preparan para retirarse hacia el sur con el Tsahal (Ejército israelí).

El Ejército libanés

Tampoco hay que olvidar a la 12ª brigada del Ejército regular libanés, compuesta por todas las etnias, que se prepara para ocupar la región de Sidón. "La experiencia de estos últimos años no nos permite dar fe a la voluntad de combate de las unidades regulares enviadas por el Gobierno. Al menor contratiempo, los soldados drusos se unirán a las milicias de Walid Jumblatt, los soldados shiíes se convertirán en combatientes de Nabih Berri y los militares cristianos, si no huyen rápidamente hacia las falanges, serán asesinados", dice amargamente un instructor cristiano maronita, "a menos que haya un milagro... que Dios tenga piedad de Líbano...".

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