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Reportaje:

El rescate en las pistas de Candanchú

"La estación invernal de Candanchú no dispone de medios suficientes para proceder a las tareas de rescate en un accidente de la envergadura del ocurrido el sábado pasado en sus pistas, en una de las cuales, corno consecuencia de una avalancha, de nueve personas afectadas murieron siete". Estas declaraciones fueron realizadas a El PAÍS por cuatro montañeros navarros autores de un informe en el que denuncian ante la Federación Vasco-Navarra de Esquí la escasez de medios materiales de rescate que, en su opinión, hay en esta estación, así como la desorganización que se puso de manifiesto durante los trabajos de salvamento de las víctimas de este suceso. El director de Candanchú, Eduardo Roldán, considera: "Ni en Suiza se hubiese podido desarrollar mejor este rescate, ya que el nivel de medios de la estación es sobresaliente y el sábado funcionaron eficazmente".

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El accidente que costó la vida el sábado pasado, en Candanchú (Huesca), a seis personas -Eduardo Eminanuel (monitor de esquí), Patxi Vidaurreta, Josetxo Gortari, Iñaki Díez, Álvaro Ibarrondo y Mónica Muiños, estos cinco últimos de edades comprendidas entre los 13 y los 17 años- ocurrió hacia las 10.30 horas de la mañana cuando se encontraban esquiando. El suceso se produjo, según Eduardo Roldán, director de esta estación invernal, al atravesar una ladera y cortar una capa de nieve que, por su propio peso, se precipitó, cogiendo a su paso al grupo de esquiadores."Una vez dado el aviso", dijo Eduardo Roldán, "todo el personal de la estación se movilizó con todos los medios a su alcance y se procedió al rastreo superficial de la zona". Las primeras personas en llegar al lugar en que ocurrió la avalancha de nieve fueron los montañeros navarros Rubén Ibero, Julián González, Juan Luis Vergara y Rafael Ariz, que se encontraban esquiando por la zona.Éstos intentaron buscar a alguna persona que dirigiese las operaciones de rescate, "pero nadie", dicen en un informe que han enviado a la Federación Vasco-navarra de Esquí, "sabía de organizaciones y actuamos por nuestra cuenta". Señalan además en este trabajo, en el que dan cuenta de cómo se desarrollaron los hechos, que trataron de buscar material de rescate, pero no encontraron nada, por lo que sondearon en la nieve con bastones y esquíes. En su opinión, con estos medios era imposible encontrar a ninguna de las personas sepultadas por la nieve. Relatan que sólo había ocho o diez sondas y que, cuando pidieron más, les contestaron que no había.

A partir de ese momento, subrayan los montañeros navarros en su informe, los medios humanos y materiales fueron más numerosos, pero, en su opinión, todavía eran insuficientes. Hacia las 12.30 se llevó al lugar del accidente un perro adiestrado para encontrar personas enterradas en la nieve, aunque su labor fue, según señalan, infructuosa, debido a lo pisoteado que estaba ya todo el terreno por los que participaban en las tareas de salvamento. Recalcan además que, tres horas después de producirse la avalancha, se pidieron por radio equipos de reanimación y, posteriormente, una compañía de soldados con palas.

Los autores de este informe consideran que, de haber contado con más medios materiales -sondas, palas, perros y personal-, se habría sacado antes a las personas sepultadas por la nieve. "Fue mucho tiempo el que se tardó en sacar a estas personas", declararon a este periódico los montañeros navarros, "para ser un lugar al que se tenía acceso fácilmente. Por eso creemos que es imprescindible la presencia en la estación de esquí de un coordinador, experto en las tareas de rescate, así como también el disponer de más medios materiales porque allí no había prácticamente de nada. Nosotros, al menos, no lo vimos".

Eduardo Roldán, por su parte, considera que la actuación de los equipos de rescate con que cuenta la estación fue muy eficaz: "Ni en Suiza se hubiese podido desarrollar inejor". "Para tní", señala, "fue una alegría, dadas las circunstancias, el comprobar cómo se puso en inarcha tan eficazmente. Todo se hizo con rapidez. En breves minutos se incorporaron a los trabajos de salvamento fuerzas de la Escuela Militar de Montaña, de la Guardia Civil, así como todo el personal de la estación. Y también miembros del equipo de seguridad de Su Majestad el Rey".

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"La búsqueda", agrega, "se organizó rápidamente con sondas, perros, palas y numerosos médicos. Cada vez que salía un accidentado tenía junto a él a tres o cuatro médicos que le atendían rapidamente". Según Eduardo Roldán, la estación cuenta con numerosos y modernos medios materiales de rescate, así como con una organización preparada para actuar con gran eficacia en un accidente de estas características. "La nuestra es una organización de rescate sin precedentes. Me tendrían que enseñar dónde están mejor organizados que aquí, ya que desde el primer momento en que ocurrió la avalancha estaban allí todos los medios materiales y se actuó con gran celeridad", concluyó.

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