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Reagan desea una relación mas estable con Moscu

Francisco G. Basterra

El presidente norteamericano, Ronald Reagan, está dispuesto a iniciar un "nuevo diálogo" con Moscú, en su segundo mandato en laCasa Blanca, que conduzca a una paz más estable, según anunció en la madrugada del jueves (hora peninsular) en una conferencia de prensa televisada. Reagan, sin embargo, no llegó a afirmar que las relaciones entre las dos superpotencias, que en los últimos cinco años han sido dominadas por una confrontación propia de la época de la guerra fría, vayan a entrar en una era de distensión similar a la lograda entre Richard Nixon y Leonid Breznev en la década de los setenta.

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En su primera conferencia de prensa desde el pasado mes de julio, Reagan elogió el acuerdo alcanzado con la URSS esta semana en Ginebra para negociar en los próximos meses reducciones en los arsenales de cohetes nucleares de largo alcance (estratégicos) y de alcance intermedio (INF), así como la "prevención de una carrera de armamento en el espacio". El presidente advirtió, sin embargo, que las diferencias que separan a Washington de Moscú son aún "muchas y profundas", y que las futuras negociaciones serán difíciles.Reagan parece haber abandonado su belicosa retórica que tan generosamente empleó contra Moscú en su primer mandato y apareció ayer como un hombre de paz. Durante los 33 minutos que duró su conferencia de prensa, el presidente empleó en todo momento un tono moderado en sus referencias a la URSS. Explicó que la posición de EEUU en las futuras negociaciones -para las cuales aún no hay fecha ni lugar fijado, aunque se estima que podrían comenzar en marzo en Ginebra- será "flexible, paciente y determinada".

Ronald Reagan, que apareció más distendido y jovial que nunca, demostrando que disfruta con estas esporádicas apariciones ante la prensa televisada al país, pidió a la URSS que demuestre también buena fe para que las negociaciones culminen con éxito. El presidente se quejó de que en el pasado Moscú siempre había conseguido más ventajas cuando negoció con EEUU, pero se retuvo de acusar abiertamente a la URSS de violaciones de pasados acuerdos de armamento. Con una retórica de guante blanco, Reagan se limitó a precisar que la verificación total de los acuerdos de reducción de armas atómicas es "imposible".

El presidente expresó su esperanza de que 1985 sea un año de diálogo y negociación que "lleve a una mejor relación" entre los dos países. Reagan vinculó los posibles pasos adelante en las negociaciones sobre reducción de armas nucleares a una mejora de relaciones en otros terrenos, como el comercial y el de los conflictos regionales que enfrentan a las dos superpotencias en diferentes partes del mundo.

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Es claramente detectable en Washington el cuidado que está poniendo la Administración para que ningún malentendido haga descarrilar el comienzo del diálogo con la URSS logrado trabajosamente en Ginebra. La opinión pública sigue sin saber exactamente el alcance de lo pactado con los soviéticos, y los analistas reiteran su escepticismo sobre la posibilidad de lograr acuerdos sustanciales a medio plazo. Se recuerda que se tardó siete años en conseguir el tratado SALT 1, que sólo se refería a la limitación de un tipo de armas, las estratégicas.Reagan confirmó, en su conferencia de prensa, que la investigación para conseguir que Estados Unidos se dote de un sistema defensivo en el espacio impenetrable para los misiles soviéticos continuará adelante, pero al mismo tiempo el presidente dijo que si se logra hallar esta arma, en la que tanta fe tiene, su eventual despliegue será negociado con Moscú y con los aliados europeos. "No hay ninguna condición previa" para negociar con la URSS, afirmó Reagan, que insistió en que la guerra de las galaxias, término que acuñó él, pero que dijo le gustaría que fuera olvidado, es sólo un proyecto que quizá no llegue a ninguna parte.

Ayer, George Shultz informó al Congreso de las conversaciones con Andrei Gromiko y ya se especula con quién será el futuro negociador norteamericano. El nombre del abogado Max Kampelman un demócrata conservador que dirigió en Madrid a la delegación norteamericana en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa, ha sido citado a este respecto.

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