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Al menos ocho muertos en un ajuste de cuentas de la Mafia en la capital de Sicilia

Juan Arias

Palermo, la capital de Sicilia, se halla de nuevo sumida en el pánico tras la increíble matanza de la madrugada de ayer, en la que perecieron acribillados a balazos como mínimo ocho personas, de edades comprendidas entre los 20 y los 38 años. Casi con toda seguridad se trata de un ajuste de cuentas entre bandas mafiosas. Se desconoce por el momento si todos los muertos pertenecen al mismo clan, caídos bajo la misma lupara (escopeta de cañones recortados), o si fue un enfrentamiento entre dos grupos.

Los cadáveres fueron hallados ayer por la mañana, después de que una llamada telefónica avisara a la policía de la existencia de los cuerpos. El escenario en que se desarrollaron los hechos era sórdido: los cadáveres estaban hacinados en un charco de sangre que se mezclaba con orines de caballo, ya que la matanza se produjo junto a una cuadra, en un callejón sin salida de uno de los barrios de peor fama de la ciudad, donde todas las especialidades de la mala vida, desde la prostitución al reciclaje de material robado, pasando por las apuestas clandestinas de caballos, tienen su acomodo.De los ocho muertos, cuatro eran parientes: Cosimo Quatrocchi, de 38 años, buscado por asociación para delinquir y violación; su hermano Francesco, de 34 años, buscado por robo; su primo Cosimo, de 20 años, acusado de actos obscenos, y su cuñado Marcello Agnelli, de 23 años. A otras tres víctimas se les atribuían delitos menores, y sólo uno de los muertos carecía de antecedentes penales.

Es posible que el número de víctimas sea más elevado, ya que al llegar al lugar de los hechos, la policía encontró al padre de uno de los muertos arrastrando el cuerpo de su hijo, y se cree que otro tanto podría haberse hecho con otros cadáveres. La policía controlará estos días los entierros y ya intenta averiguar si en los centros sanitarios se ha atendido a personas heridas de bala.

Guerra de familias

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La zona en que se realizó la matanza hace pensar en una venganza contra la familia mafiosa del huido Filippo Marchese. Según las revelaciones de Tommaso Buscetta, el primer capo mafioso que rompe con la omertà (ley del silencio), el barrio en que se ha producido el múltiple asesinato está controlado por los Marchese. Pero no es posible saber si se trata del grupo al que pertenecía el mafioso arrepentido o no, ya que los Marchese se dividieron y formaron dos grupos distintos durante la guerra de clanes de 1981-1983. Uno de esos clanes se fue con la familia de los Greco y los Corleonesi, y el otro, con la de Badalamenti-Buscetta.

La de ayer es la operación más mortífera registrada en los anales de la Mafia, sólo comparable a una habida en 1963, cuando siete personas murieron al estallar un coche cargado de explosivos en territorio de los Greco, y se produjo en la misma zona donde en el trienio 1981-1983 hubo otra carnicería en la que perdieron la vida todos los familiares de Buscetta.

El escritor siciliano Leonardo Sciascia, interrogado sobre la credibilidad que merecen las confesiones de Buscetta, manifestó ayer a este periódico: "Lógicamente, ha confesado todo lo que puede dañar a su clan adversario, pero no creo que se pueda dudar de la verdad de lo que ha dicho, ya que le interesa vengarse de quienes le han derrotado". Tommaso Buscetta.

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