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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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Seguridad ciudadana y Generalitat

Después de la entrevista Barrionuevo-Macià Alavedra, que se saldó en otro fracaso para la política del Departamento de Góbernación de la Generalitat, y la entrevista Felipe González-Jordi Pujol, en la que no llegó ni a hablarse de la seguridad ciudadana y la Policía Autonómica, las perspectivas a corto y medio plazo de ponerse en funcionamiento un modelo policial y de seguridad ciudadana que responda a las necesidades nacionales de Cataluña, están más lejos que nunca.No nos cansaremos de repetir que no se trata de culpar al actual Gobierno de la Generalitat, sino a toda la clase política catalana y a sus fuerzas políticas por la escasa o nula sensibilidad para afrontar, desde una perspectiva nacional netamente catalana, la problemática de la seguridad ciudadana.

Mientras el actual conseller de Gobernación, Macià Alavedra, nos habla y habla del modelo de policía alemán y de la necesidad de financiación, el otro modelo que existe, el de los gobernadores civiles, el de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado -por qué negarlo, el corporativismo estatalista- trabajan a contra reloj para impedir o imposibilitar, por la vía del realismo y el pragmatismo, un modelo nacional catalán de policía. La comisión Socías, el acuerdo Ayuntamiento-Ministerio del Interior para construir una nueva Jefatura Superior de Policía, la coordinación de la Policía Nacional y Guardia Urbana en Barcelona, bajo el mando del Jefe Superior de Policía, Agustín Linares, la posible Academia de la Policía Nacional en Cataluña, etcétera, etcétera, son medidas evidentemente pragmáticas y positivas, posiblemente, para la seguridad ciudadana, pero negativas y desalentadoras para todos aquellos que, sin prisas pero sin pausas, creemos en el modelo nacional catalán de policía.

Es evidente que el deterioro de la seguridad ciudadana, la aparición de nuevas formas de delito y explotación, la droga, las mafias internacionales organizadas y la situación de ciertos sectores marginales de la sociedad, requieren que nuestro Gobierno catalán reflexione en profundidad sobre cómo afrontar la situación.

El Gobierno catalán necesita sensibilizarse, a nivel del actual Departamento de Gobernación, y de los responsables de Justicia, Sanidad, Vivienda y Juventud, de la necesidad de crear una Comisión Nacional para elaborar una política de la Generalitat, decidida a afrontar la seguridad ciudadana en los próximos cuatro años.

Falsas expectativas

No se puede forzar a los actuales policías municipales, que necesitan su dignificación, profesional y policial y su reciclaje, ni tampoco a la actual Policía Autonómica con sus 380 reducidísimos efectivos rrial pagados y forzados a más de 80 horas semanales, por la incapacidad y la falta de previsión y la falta de efectivos, pues la actual Academia de Policía Autonómica lleva cerca de un año con las aulas vacías. Se puede pedir a los policías autóriomos sacrificio si hay perspectivas, pero no se puede hacer con ellos lo que se ha hecho con la política y con los ciudadanos, crear falsas expectativas, falsas ilusiones, como el caso de enviar tres policías autonómicos a Banyoles, o la posible, grave, decisión de enviar a la Policía Autonómica a los entornos de la modelo. El planteamiento debe ser más serio y riguroso, y no forzar situaciones.La sociedad catalana requiere que no se actúe tan electoralmente. Después de la huelga general de comercios del pasado 1 de marzo, debido a que las elecciones se aproxímaban, todo eran promesas, hoy todo continúa igual, sigue sin reunirse la Junta de Seguridad y, si lo hace, no sirve denada. Y se negocia en Madrid 400 nuevas plazas para la Policía Autonómica cuando lo que hay que negociar, como ha hecho el Gobierno de Euskadi, es un modelo alternativo y de sustitución. Mientras no sea así, el Gobierno de Madrid no se tomará en serio a la Generalitat.

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Nuestro planteamiento puede parecer radical, pero es suficiente hacer un análisis, riguroso de los últimos cinco años, para llegar a la conclusión de que estas letras son de una gran suavidad y comprensión para el Gobierno de la Generalitat. En los próximos días nuestro Gobierno se reúne para reflexionar y en la primera quincena de septiembre se espera que el presidente exponga su programa para los próximos cuatro años. Respetuosamente pedimos al presidente Pujol pragmatismo y realismo, y un programa que desde hace tiempo, honesta, profesional y responsablemente, ya tiene preparada la actual Dirección General de Seguridad Ciudadana de la Generalitat. Pero no es suficiente con esa buena fe de estos profesionales y de su director general, si detrás de ellos no hay la firme voluntad política de echar adelante un modelo nacional catalán de policía y de dotarlo de sus recursos económicos. Y aquí radica nuestra duda, pues, ¿se puede hacer una opción reformista estatal con lo que significa de necesaria confraternización con la corporación estatal-policial, y a la vez en Cataluña crear un modelo nacional de policía?

Una vez más manifestamos la necesidad de que el Gobierno de la Generalitat se dote de unas estructuras para afrontar estos próximos cuatro años, vitales para el ser o no ser de la Policía de Cataluña, e insistimos en que un Departamento de Interior y Justicia, véase el caso de los últimos incidentes de la Modelo, sería un primer paso que demostraría una voluntad de hacer. Mientras la policía y la seguridad ciudadana sea el asunto número 10, por así decirlo, de un macro Departamento de Gobernación, las cosas no funcionarán. Crear un modelo nacional de policía y de seguridad ciudadana requiere una gran dedicación y aunar esfuerzos, no sólo de Justicia e Interior, sino de otros muchos departamentos. Se requiere un programa nacional de seguridad ciudadana para los próximos cuatro años.

Miquel Sellarés i Perelló es ex director general de Seguridad Ciudadana de la Generalitat.

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