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El dinero continúa de vacaciones

El proceso realizador que están viviendo actualmente las bolsas empieza a preocupar a los asistentes más por el drástico repliegue del dinero que por la fuerza que en determinados casos adquiere la oferta.Ésta avanza con firmeza, sin encontrar la mínima resistencia y obligando a los precios a ceder unas posiciones ganadas con un esfuerzo muy pequeño gracias a un dinero que ahora parece haberse ido de vacaciones. Al tiempo que se mantienen las expectativas de recuperar un mercado alcista, se observa con resignación cómo caen los precios, sin conocerse por el momento cuál será el punto hasta el que se les empujará y desde el que, presumiblemente, se reiniciarán las subidas.

De momento, las eléctricas recibieron un castigo de los más fuertes que se recuerdan en fechas recientes, y que a muchos de los asiduos les recordó la fuerza de las alzas del lunes anterior, que dieron paso al proceso actual.

Ni uno solo de los valores que integran el grupo eléctrico consiguió evitar la incidencia de una oferta que lograba disuadir inmediatamente cualquier intención compradora. Las pérdidas, al igual que ya sucediera con las ganancias, llegaron a superar el límite del 5% en el mercado madrileño, con lo que algunos valores de primera fila llegaron a registrar bajas de hasta tres enteros y medio. El correctivo fue aún más severo entre las empresas pequeñas, que se dejaron en el corro hasta 14 enteros. De éstas, sólo Cantábrico ofrecía alguna resistencia y logró cerrar la sesión sin un quebranto excesivo.

Sin duda es el sector de alimentación uno de los que más juego ha dado en el último año para la inversión a corto plazo. Ahora que parece que El Águila deja de ofrecer posibilidades para estos inversores, le llega el turno a Unión Cervecera. El planteamiento es similar al que se hizo en su día con la otra sociedad, pero llama la atención la evolución de este valor en el corro en la sesión de ayer, donde de una posición de dinero al 47% saltó al 49% y entonces surgió la sorpresa: había papel para todos y se vendió de forma ostentosa hasta cerrar al 45,50%.

La jugada fue de las de pizarra, y la lentitud de reflejos de los contrarios facilitó mucho el éxito.

Los valores industriales resultaron afortunados debido a la poca fortuna de que habían disfrutado anteriormente. En general, no son muchos los beneficios acumulados en estos grupos, y pocas han sido las realizaciones. El único sector que se mantuvo contracorriente fue el siderúrgico, gracias a los ligeros avances de algunos de sus principales valores, entre los que destaca Duro Felguera, cuya ampliación de capital será en la proporción de una por siete, y no de una por tres como por error se dijo anteriormente.

También se ha dejado notar la presencia del papel entre los valores bancarios, que, como si obedeciesen una orden, se repliegan hasta sus posiciones anteriores. Las diferencias de oferta y demanda para los siete grandes se vieron aumentadas, sobre todo en los valores que más alegremente habían venido subiendo en las últimas jornadas. Central, Bilbao y Banesto fueron los que mejor aguantaron el chaparrón, a pesar de que este último quedaba casi con 50.000 títulos sin contrapartida compradora.

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