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Modernos

Rosa Montero

Tengo los nervios rotos: no soporto por más tiempo la insoslayable necesidad de ser moderna. Es más que una moda: es una dictadura del espíritu, una tiranía en toda regia. O eres un moderno o no eres nada. Sé que ustedes comparten mi zozobra.Antes lo obligado era ser de un rojo carmesí. Era la época del a mi izquierda, nadie, máxima moral que enardecía a las gentes y que ponía el ambiente perdido de truculencias proletarias, revoluciones verbales y resplandor de guillotinas. No bastaba con ser progre había que ser más progre que ninguno. Bueno, pues ahora pasa igual, pero en moderno.

Qué terrible inquietud, qué compromiso. ¿Cómo mantenerse entre las espumas de la ola, cómo aparentar que se está al día? Vigilo ansiosamente a los modernos intentando aprender sus claves de iniciados, descifrar sus secretos, copiar sus estigmas. Tarea difícil. Antes, para ser el más progre, bastaba con leer el Pulitzer, endurecer el ceño y bramar radicalismos incendiarios. Pero ahora, con tanto sincretismo puñetero, ¿quién puede definir qué es ser moderno? Es una incógnita fatal. Así estarnos todos, definitivamente demodés, horrorosamente antiguos, sin poder alcanzar la honrosa salvación del modernismo.

Pero no todo está perdido. Sin duda conscientes de este estado de angustia general, un grupo de locos sensatísimos acaba de sacar Madrid me mata, revista homónima del estupendo programa de radio de Moncho Alpuente. El primer número consiste en un puñado de fotos y sólo eso, retratos de hombre y de mujer en,blanco y negro. La revista, que aparece con vocación de último grito, hace las veces de Gotha de la modernidad, de Quien es quien del círculo exquisito. Pero,¡oh, albricias!, ofrece a cualquiera la posibilidad de asomar la nariz entre sus hojas. Basta con mandar una foto y, zas, sales impreso. Se acabaron las angustias, la inquietud por no saber a quién copiar y cómo, el miedo a no dar la talla modernícola. Madrid me mata te permite, a módico precio de fotomatón, la oportunidad de salir en sus páginas y obtener así un título elemental en modernismo. Se van a hacer de oro estos chicos.

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