Isabel II de Inglaterra

seguirá vistiendo igual, según la amenaza hecha ayer por su sastre favorito, el modista británico Hardy Amies. Aunque la soberana británica tiene reconocida fama de ser una de las mujeres peor vestidas del mundo, su sastre, de 75 años, manifestó ayer que el negocio seguirá funcionando a su muerte tal y como si él estuviese presente. Los vestidos de Hardy Amies, modista oficial de la reina desde hace 33 años, siguen despertando la admiración del pueblo británico, aunque en París los consideren como un atentado contra el buen gusto.