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El ministro de Economía argentino desmiente la ruptura con el FMI

El Gobierno argentino envió ayer la carta de intención al Fondo Monetario Internacional (FMI) sin que fuera aprobada antes por la misión de ese organismo que se encuentra desde hace dos meses en Buenos Aires. La medida desconoce los procedimientos establecidos desde el final de la segunda guerra mundial y supone en la práctica un rechazo a las condiciones impuestas por el Fondo.El doctor Bernardo Grinspun, ministro de Economía argentino, admitió en la conferencia de prensa ofrecida para dar a conocer el texto completo de la carta que "existen discrepancias con la misión, pero de ninguna manera hemos roto las relaciones con el Fondo". El doctor Grinspun aclaró que no existe ninguna disposición del Fondo que obligue a un acuerdo previo con las misiones técnicas que se envían a los distintos países cuando éstos solicitan un crédito stand by. Uno de los periodistas le aclaró al ministro que, sin embargo, esa era la "práctica normal", y Grinspun insistió en que "no hubo acuerdo ni desacuerdo con la misión" porque su contenido no se discutió con ella, sino que "fue aprobado en una reunión de gabinete". Otro periodista preguntó entonces qué estaba haciendo desdé hace dos meses la misión del Fondo en Buenos Aires. El doctor Grinspun, visiblemente alterado y molesto, contestó: "Mire, eso pregúnteselo al señor Wiesner Durán, el economista que encabeza la delegación del Fondo".

El texto de la carta resume a lo largo de 20 folios los principios generales de la política económica argentina, describe la situación, adelanta la estrategia y plantea luego los términos de la negociación. El Gobierno argentino propone "pagar en condiciones adecuadas" y contempla un crecimiento del 5% en la actividad económica y de un 8% en el salario real, en contra de las tradicionales políticas de ajuste que ordena el FMI.

La peor hipótesis

El Gobierno estudia ahora las alternativas que se pueden plantear si, como se presume, el Fondo rechaza a su vez los términos de la carta de intención. La peor hipótesis contempla un pronunciamiento del FMI que cuestione íntegramente el plan económico argentino.Por otro lado, se espera un simple dictamen que no apruebe la carta, pero que permita la apertura de negociaciones directas con los bancos acreedores y el Club de París. La semana próxima arribará a Buenos Aires William Rhodes, vicepresidente del City Bank y presidente del comité de bancos acreedores, con quien se espera llegar a un acuerdo para saldar los intereses atrasados del primer trimestre, que suman alrededor de 500 millones de dólares (75.000 millones de pesetas).

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