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Jaime Santana

Un alicantino, medalla de bronce en Ginebra por su invento para iluminar las casas con una sola bombilla

Más de 45 empresas, todas ellas extranjeras, se han interesado por hacerse con el permiso de fabricación del invento, que en corto plazo puede ser comercializado.Santana ha inventado lo que él mismo define como una alternativa a la instalación eléctrica tradicional. Su sistema parte de una fuente luminosa, que por ahora es una bombilla, pero que perfectamente puede serlo la luz solar, que se conserva y conduce a través del cuarzo para volver a irradiarse a través de distintas placas mínimas de resina, que dispersan la luz.

Cualquier elemento que emita luz es útil para poner en marcha el invento. El secreto de éste es la pieza final, que concentra la luz en un solo elemento para dispersarla la resina, el mineral que utiliza Santana en estos receptores, que en piezas de seis milímetros y de diferentes espesores, dispersa la luz a través de los prismas que conforman su superficie.

La intensidad de los focos de cuarzo depende del grosor del cable conductor. La luz captada en una bombilla, o en el condensador de luz solar, sirve para iluminar una habitación de 15 metros cuadrados, con un cable de 10 milímetros de espesor. En tal caso el foco de luz tiene la misma fuerza que el de un tubo fluorescente.

Precio asequible

No es un descubrimiento caro el de Santana, pero su instalación casera queda todavía relativamente lejana, porque los materiales que lo componen no se venden en el mercado. Santana es optimista ante el futuro, no obstante, al señalar que puede ser útil para la humanidad, "dado el temor que existe de que se agoten las fuentes de energía tradicionales".El inventor de Alicante es una persona con una clara vocación. Desde los 18 años trabaja en electrónica y empieza por afición lo que pocos años más tarde se transforma en su profesión. Declara que no persigue el lucro con su primer inventó premiado, sino ayudar a dar un paso adelante en el progreso a sus congéneres. Lo de Ginebra es para él un orgullo sobre todo porque se trata de la primera vez que se presentaba a un concurso. Se muestra humilde cuando reconoce que nunca se le ha pasado por la cabeza que sus entretenimientos pudieran ser objeto de interés. De manera que reconoce no haber recibido ningún tipo de estímulo oficial para proseguir con sus investigaciones, ni haberlo solicitado, "dado cómo están las cosas". Santana quedó tercero en el certamen de Ginebra entre más de 3.000 participantes que concursaron en la duodécima edición del certamen de inventores.

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