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Los pescadores de Ondárroa deciden seguir atacando a los camiones de la CEE

Cerca de mil pescadores de Ondárroa decidieron ayer proseguir la acción de sus piquetes contra los camiones procedentes de la Comunidad Económica Europea que crucen la frontera española transportando pescado. La decisión fue tomada con independencia del acuerdo alcanzado para el desbloqueo de los pasos fronterizos y del incremento de la vigilancia de los convoyes por las fuerzas de seguridad españolas.Los marineros de estos barcos de altura -amarrados en puerto en protesta por el ametrallamiento del Valle de Atxondo y el BurgoaMendi- acordaron asimismo salir a pescar nuevamente a principios del mes de abril, cualesquiera que sean los acuerdos a los que se llegue en las numerosas conversaciones cruzadas que se vienen manteniendo en los últimos días.

En el curso de la asamblea celebrada en la mañana de ayer en la Cofradía de Pescadores de Santa Clara, del puerto de Ondárroa, se apuntó también la posibilidad de emprender acciones contra las empresas españolas importadoras de pescado de los países comunitarios -especialmente de Francia- y en concreto contra los bienes de los propietarios de las mismas, aunque este punto no llegó a ser votado.

Los primeros piquetes comenzaron a salir del puerto ondarrés a última hora de la tarde de ayer, después de algo más de 24 horas de inactividad, motivada, al parecer, por la detención y posterior declaración ante jueces de San Sebastián y Tolosa de casi 60 marineros, que fueron puestos en libertad sin fianza. El acuerdo alcanzado por los pescadores incluye acciones en todos los pasos fronterizos con Francia, desde Irún hasta la Jonquera, a donde los primeros expedicionarios esperaban llegar hacia las cinco de la madrugada de hoy.

Según manifestaron fuentes de los propios pescadores y patrones de pesca de los casi 50 barcos que permanecen amarrados, hasta el pasado martes han actuado no menos de 50 piquetes, con más de 400 personas. Cada uno de los 37 barcos incluidos en la lista negra de las autoridades francesas -barcos fichados por haber infringido el acuerdo con la CEE- junto con otros 10 que están a la espera de normalizar sus licencias, han creado su propio piquete.

Cajas de resistencia repartidas en una gran parte de los bares y establecimientos de Ondárroa sirven para sufragar una parte de los gastos de los piquetes, cuyo costo, según los propios pescadores, armadores y patrones de embarcaciones, ha superado de los dos millones de pesetas.

El ambiente en Ondárroa era anoche de absoluta crispación, aun cuando los 25 barcos de bajura, que iniciaron el miércoles la campaña de la anchoa y cerca de 40 de altura, estaban faenando con normalidad.

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