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10 años de la ejecución de Salvador Puig Antich, el último muerto a garrote vil

"Salvador se olvidó su bolso con una la pistola en un bar"

El día 2 de marzo se cumplen 10 años de la muerte a garrote vil de Salvador Puig Antich, miembro del Movimiento Ibérico de Liberación (MIL). El colectivo que se agrupaba bajo estas siglas estaba integrado por apenas una docena de personas, que fueron en su mayoria detenidas en el verano de 1973, después de que el MIL hubiera llevado a cabo una treintena de asaltos a entidades bancarias a fin de expropiar dinero que debía servir de sostenimiento a las huelgas de la clase trabajadora. Un bolso que Puig Antich olvidó en un bar barcelonés, con una pistola, dinero, carnés falsificados y direcciones, puso sobre la pista a la policía.

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Planearon la fuga de Puig Antich

El 21 de junio de 1973 Salvador Puig Antich se reunió con Javier Garriga Paituví y una muchacha llamada Pilar en el bar Placidia junto a unos tiovivos de feria. Tomaron unos refrescos, hablaron de la estrategia del colectivo, del último atraco (expropiación le llamaban), de la descomposición del régimen... Al rato marcharon. Apenas habían caminado 100 metros Puig Antich exclamó: "Mierda, me dejé la cartera de mano en el bar" Entró precipitadamente en el establecimiento y se encontró a uno de los camareros hurgando en su bolso. Entre otros enseres y papeles halló una pistola y 85.000 pesetas Le pidió que le devolviera sus pertenencias, pero el camarero plantó cara: "De eso nada y ahora mismo llamo a la policía".En el bolso había documentación falsa, un telegrama de Toulouse, un recibo de un piso de la calle de Sales y Ferrer, un número de cajón postal, etc. Por aquellos días no estaba Vicente Creix al frente de la Brigada Político-Social, sino Martín Guijarro, amigo del padre de José Luis Pons Llobet en los años de la División Azul. Repasando el material intervenido, lanzó un taco al ver un DNI "¡Pero si ése es José Luis!".

La policía empezaba a tener muchos datos del MIL. Telesforo Tajuelo, autor de un trabajo sobre el grupo, publicado en Ruedo Ibérico, escribe : "Era el principio del fin". El mes de septiembre de 1973 fue dramático para el MIL, grupo que no llegó a tener más alla de una docena de militantes y cuyas ideas matrices siguieron con otras dos formaciones: OLLA y GARI.

Aniversario de un atraco

Oriol Solé Sugrañes -que caería muerto más tarde por disparos de la Guardia Civil en la fuga de Segovia-, Jorge Solé Sugrafles y José Luis Pons Llobet fueron los primeros en caer. El 15 de septiembre de 1972 habían atracado la Ca a de Ahorros de Bellver de Cerdanya (Lérida) y un año después decidieron celebrar el aniversario con un nuevo salto. Pons Llobet relata así lo ocurrido: "El sistema de alarma se había mejorado y además un empleado de la sucursal salió a perseguirnos. Tuvimos que disparar al aire para hacerle desistir de la idea, pero el estruendo puso sobre alerta a la Guardia Civil. Renunciamos a coger el coche que teníamos preparado y nos fuimos al Moixeró, donde poseíamos un zulo con comida liofilizada, armas, ropa de invierno, tiendas de campaña. Pasamos la noche sin dormir oyendo el ladrar de los perros en la batida. Al amanecer, intentamos ir hasta Alp para recoger un segundo coche, pero nos estaban esperando. Sólo Jorge pudo escaparse y huir al extranjero".

Al día siguiente de la detención, la policía visitó el piso de la familia de Pons Llobet y detuvo a su compañera, María Angustias Mateos, de 16 años, que se había refugiado allí. En los tres días siguientes caen María Luisa Piguillén, Emilio Pardiñas, Manuel Antonio Cañestro y Santiago Soler Amigó. La delicada condición fisica de este último permite a la policía conseguir la confesión de una cita con Javier Garriga el 25 de septiembre, en la calle de Gerona.

Javier Garriga llegó acompañado de Puig Antich. Un grupo de policías de paisano se abalanzó sobre ellos, frente al portal número 70 de la calle de Gerona, mientras que uno quedaba a pocos metros, junto a Soler Amigó. En aquel portal sucedió todo: Hubo intercambio de golpes, aunque la policía pudo reducir a la pareja y arrancarles una pistola a cada uno. Mientras un funcionario cogía por la espalda a Puig Antich, éste pudo asir una pistola de 9 milímetros que llevaba metida en la parte posterior del pantalón y encararla hacia un subinspector, Francisco Anguas Barragán, que le amenazaba, disparando un par o tres de veces. A continuación, Puig Antich cayó golpeado y fue herido por disparo de arma en la boca y el hombro. Algunos ex miembros del grupo sostienen que el nerviosismo de un inspector le hizo fallar en lo que tenían que ser dos tiros de gracia en la cabeza.

En el consejo de guerra lo ocurrido tampoco quedó claro. Nadie sabe por qué a Anguas Barragán se lo llevaron del Clínico para hacerle la autopsia en la comisaría de Universidad. Nadie sabe con exactitud por qué algunos médicos y enfermeras del Clínico aseguraron que el cuerpo tenía cinco impactos (dos en las piernas, dos en el pecho y uno en el vientre) y según la autopsia constaban tres. Este importante dato no pudo ser utilizado por el defensor -que intentaba demostrar que hubo alguna bala perdida de otro policía en el cuerpo del fallecido- por denegárselo el tribunal.

El Movimiento Ibérico de Liberación -nombre que arranca de un folleto pidiendo el boicoteo a las elecciones sindicales de marzo de 1971, en el que sus autores firman con la cifra 1.000- se crea como grupo específico de apoyo a las luchas y a las fracciones más radicales del movimiento obrero de Barcelona". Tenía un frente práctico (de ayuda a huelguistas, mediante expropiaciones sobre todo a entidades bancarias) y otro teórico (de apoyo ideológico, mediante la edición de panfletos a través de las ediciones Mayo 37).

Los antecedentes se sitúan en 1.970. Es por entonces cuando Oriol Solé Sugrañes se autoexilia después de varias detenciones y un itinerario ideológico que arranca en las Juventudes Comunistas, pasa por el PCI y concluye en un colectivo de sindicalistas revolucionarios. En el sur de Francia conectó con Jean Marc Rutllan y otros jóvenes de La Meche, de tendencia anarquista, grupo surgido a raíz del mayo del 68. El grupo realizó un atraco fallido a una empresa de transporte de caudales en Toulouse, actuando con armas de algún anarquista exiliado y la pistola del padre de Jean Marc. Semanas después, cerca de Prada, son detenidos Oriol Solé, Vicente Sánchez y Jean Marc Rutllan, con propaganda y un coche con matrículas cambiadas. El primero cargó con la responsabilidad y marchó detenido a la prisión de Perpiñán.

Fuga en Perpiñán

Ignacio Solé Sugrañes recuerda cómo intentaron que se escapara: "Establecimos un plan de fuga muy simple, consistente en pasar una cuerda y unas manoplas. Hacía falta que Oriol se pusiera de acuerdo con algún preso. El compañero elegido fue el amante diabólico, un emigrante- que se llamaba López, que había hecho matar a su mujer por su amante. Un monje de Cuixá tenía que avisarnos a fin de colaborar en la fuga. Pero los acontecimientos se precipitaron: no se escaparon dos sino varias decenas. Mon es de Cuixi escondieron a Oriol y al amante. Al final, se marcharon por un paso fronterizo de Prats de Molló, donde los detuvieron". Otro ex-MIL recuerda cómo el grupo consiguió una imprenta para sus panfletos: "La imprenta que funcionaba en una granja de Beziers fue robada dos veces. La primera vez la recuperó la policía y a ellos no se les ocurrió nada mejor que volver a ir por ella". El MIL nace de hecho en enero de 1972 y dura hasta el verano de 1973. En este tiempo el grupo realizó más de 30 atracos, con un botín superior a los 24 millones. Estas expropiaciones solían ir acompañadas de lanzanúento de octavillas. Los asaltos más accidentados fueron el primero: a unas oficinas de pago de clases pasivas, "donde de las 800.000 pesetas recogidas perdimos casi la mitad por la escalera", y el realizado en la sucursal del Hispano Americano del paseo de Fabra y Puig, donde el cajero recibió un balazo al intentar dar la alarma con el pie.

El MIL se autodisolvió en agosto de 1973, antes incluso de la caída masiva, después de un Hamado congreso en el que se justifica tal medida en la falta de coherencia teórica. El citado Telesforo Tajuelo escribió en su libro: "Pero más que la represión, lo que jugará contra los miembros del MIL hasta la muerte de Puig Antich, es el completo aislamiento político en el que se encontraban".

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