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Tribuna
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Líbano, matanza y fonda

Al presidente James Carter le tomaron en rehenes a los 53 ocupantes de su embajada en Teherán; el presidente James Carter envió un comando de rescate a un arenal de las cercanías y en la operación chocaron dos helicópteros, le entró arena en salva sea la parte a un tercero y murieron ocho de los salvadores; al presidente James Carter le costó el fracaso del portento la reelección.El presidente Ronald Reagan envió a casi dos mil marines a Líbano para rescatar al país de sus turbulencias nacionales y éstos quedaron de inmediato en rehenes de una situación que no entendían; al presidente Ronald Reagan le ha salido la operación fallida por 264 salvadores muertos, cuando menos; no parece, sin embargo, que el fracaso le vaya a costar al presidente Ronald Reagan arriba de un modesto despilfarro decimal en os gastos del Pentágono, no digamos ya su reelección del próximo noviembre.

El presidente Ronald Reagan afirmó al enviar a sus soldados que tenían un único objetivo: contribuir al mantenimiento de la paz y a la consolidación del Estado libanés. Una vez sobre el terreno, se dedicaron a algo muy distinto: apoyar a la facción del presidente Gemayel, interviniendo en la guerra contra sus enemigos musulmanes.

A la comprobación de que sus tropas se hallaban atrapadas por unas previsiones que no coincidían con las realidades, el presidente Ronald Reagan afirmó que no pensaba renegar de sus compromisos en tierra tan capciosa; pese a ello, el presidente Ronald Reagan anunciaba en el mismo vuelo de la frase y sin perder su elástica sonrisa, el comienzo del repliegue de tan poco avisada expedición. Nada hacía presumir entonces que al presidente Ronald Reagan pensaran en pasarle la factura por tanta sangre derrochada, por la evidencia de que nadie supiera por qué se había derramado o por la comprobación de que antes y después de la excursión libanesa careciera de toda semblanza de política en Oriente Próximo.

Afirma un dicho anglosajón que nada tiene tanto éxito como e éxito mismo". ¿Cuál es el éxito de presidente Ronald Reagan? La naturalidad. Ese mismo gesto sin esfuerzo con el que descubre que la mejor forma de rescatar a un cuerpo expedicionario de la trampa es meter primero ese bocado por entre las fauces de la fiera. ¿Cuál fue el fracaso del presidente James Carter. La inocencia. Proclamar con su afligida imagen que Jomeini le tenía secuestrado. En cambio, a presidente Ronald Reagan no hay quien le retenga mucho tiempo en cautiverio sin que desencadene a New Jersey con sus bombas, contra todo lo que se mueva, grosso modo más abajo de Estambul.

Pase lo que pase, le destripen no el cuartel general amueblado de durmientes con fatal estropicio de marines; por mucho que su inepta diplomacia regale un Líbano compartido, aunque inestable, al implacable juego de Damasco, Ronald Reagan goza todavía de un apreciable paréntesis de tiempo puesto que las elecciones son para noviembre. De aquí a entonces puede haber entrado y salido de un surtido de embrollos similares Lo que importa es que el presiden te Ronald Reagan, a diferencia de su predecesor, sepa fugarse en su momento de allí de donde nadie sospeche por qué entró.

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