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2.000 personas, en el funeral por el presunto 'etarra' Iñaki Ojeda

Con emoción desatada y crispación latente unas 2.000 personas asistieron al funeral que se celebró ayer en la localidad vizcaína de Portugalete, en memoria del presunto miembro de ETA Militar, Iñaki Ojeda, muerto en el curso de una operación policial en la madrugada del día 16. En el acto religioso, que tenía carácter de concentración-homenaje, se corearon consignas alusivas a ETA Militar. Los comercios, transportes públicos y destacados centros de enseñanza de la localidad habían protagonizado una jornada de huelga en señal de duelo por la muerte de Iñaki Ojeda.

Pocos minutos antes de las siete de la tarde, hora en que estaba previsto el comienzo del funeral, nutridos grupos de personas -en su mayoría señoras de muy diferente estrato social y jóvenes- se concentraron frente a la parroquia de Santa María de Portugalete. Mientras los asistentes a la ceremonia permanecían espectantes a la llegada del féretro, la tensión alcanzó su cota máxima cuando el rumor de la muerte de uno de los chicos heridos en la operación policial corrió como la pólvora sin que nadie pudiera ofrecer más detalles al respecto.

Cuando llegó a la iglesia el coche que portaba el féretro con los restos de Iñaki Ojeda se hizo el silencio. Los concentrados contuvieron la respiración, los jóvenes con el puño en alto y muchas de las señoras con lágrimas en los ojos para entonar, después, el Eusko Gudariak (el himno del soldado vasco). Seis amigos de Iñaki Ojeda, entre los que se podía distinguir a dos concejales de Herri Batasuna de Portugalete, portaban el féretro a hombros para introducirlo en el templo. La caja fúnebre iba cubierta con una gran ikurriña sobre la que habían depositado. un poster que llevaba inscrito el anagrama y las siglas de ETA.

"Se ha cometido un asesinato"

Fue necesaria la intervención de un concejal de HB desde el altar para aplacar los ánimos de los asistentes al acto, ya que muchos de ellos no cesaban de protestar en voz alta por la muerte de Ojeda, a la que se referían diciendo se ha cometido un asesinato". El oficiante se dirigió a los asistentes en un brevísimo discurso para pedir serenidad y coraje a la vez que se refirió a los padres de la víctima, que no apartaron la vista durante todo el acto religioso de la caja que contenía los restos mortales de Iñaki Ojeda para señalar que "ante el dolor y desconcierto que todos sentimos no veo modo de consolaros".Nada más finalizar el funeral los asistentes se concentraron frente a la puerta de la iglesia, mientras una representante de la mesa nacional de Herri Batasuna, Izaskun Larreategi, animaba a los militantes abertzales a "proseguir con la lucha del pueblo vasco". Mientras el féretro era sostenido por seis personas que se iban relevando cada cinco minutos, el bertsolari, Xabier Amuriza, le dedicó un poema a Iñaki Ojeda. Tras la danza del aurresku que un joven realizó ante el féretro, los congregados se manifestaron en silencio.

Después del entierro, unas 2.000 personas volvieron a recorrer, los puntos más concurridos de Portugalete para protestar por la muerte de Iñaki Ojeda, a la vez, que arrancaban carteles electorales del PSOE y del PNV.

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