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Identificados los restos del comandante del 'jumbo' colombiano que se estrelló en Mejorada del Campo

El cadáver del comandante Tulio Hernández, que pilotaba el Boeing 747 de la compañía colombiana Avianca que se estrelló el pasado día 27 en Mejorada del Campo, al aproximarse al aeropuerto de Madrid-Barajas, fue identificado ayer, en Coslada, después de los análisis de sus jugos gástricos y la sangre extraída en una punción efectuada en el corazón. El cadáver del comandante únicamente tenía desfigurado el rostro, lo que había impedido hasta ahora su identificación.

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El comisario Francisco Leal, responsable de los servicios policiales encargados de la identificación de las víctimas del accidente del Boeing dirige un equipo de funcionarios que trata de determinar la identidad de algunos de los cadáveres, de momento irreconocibles, que están siendo inhumados estos días. La identificación es posible gracias, entre otros medios, a la extracción de las arcadas dentarias de los cadáveres, que son cotejadas con documentos clínicos que envían los familiares.En opinión de Francisco Leal, comisario-jefe del Gabinete Central de Identificación de la Dirección General de la Policía (DGP), existe un grupo de cadáveres de identificación difícil, que están prácticamente carbonizados, no llevan ropa e incluso carecen de extremidades. "En estos casos, como es imposible un reconocimiento visual o dactilar, se procede a la extracción de las arcadas dentarias, de manera que, por un lado, el cadáver puede ser inhumado y, por otro, la policía conserva la posibilidad potencial de su identificación", indicó Leal.

La policía está solicitando a los familiares que aún no han reconocido los cadáveres que pongan en conocimiento de la comisión todas aquellas informaciones o pruebas de tipo odontológico (prótesis, intervenciones clínicas o radiografías) que faciliten la identificación a través del contraste con las arcadas dentarias. Estas pruebas son de más alta fiabilidad que las propias huellas dactilares.

El proceso de identificación tiene varías fases y en ellas intervienen, según de cuál se trate, los diferentes especialistas antes citados. En esta catástrofe todos los cadáveres han sido trasladados a una nave de la compañía Iberia que posee aire acondicionado, lo que, en opinión de los técnicos policiales, previene los problemas sanitarios.

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Funcionarios de Sanidad se encargan diariamente de fumigar y desinfectar el local donde se encuentran los cadáveres aún no identificados, que están situados en el suelo, en féretros o cubiertos por mantas.El comisario Leal explicó a este diario que la primera fase dentro de los trabajos de identificación consistió en hacer una descripción individual de los cadáveres, con mediciones antropométricas y anotaciones sobre las diferentes prendas de vestir. Junto a esta descripción, se comenzó a recoger todos los efectos personales (sortijas, placas de identificación, relojes y medallas) de cada uno de los cadáveres, que fueron introducidos, una vez sometidos a limpieza, en bolsas con su correspondiente número identificador. Posteriormente se fotografiaron todos los cadáveres y se procedió a tomar, con tinta de reseña, las huellas dactilares de los menos carbonizados.

Con los efectos personales se hizo una exposición en el aeropuerto de Barajas para que los familiares pudieran identificar los cadáveres. En cuanto a las huellas, fueron archivadas en espera de que los departamentos policiales de los diferentes países de origen de las víctimas envíen las correspondientes documentaciones, para proceder a la comprobación.

El comisario Leal dijo que "la exposición de objetos personales se hizo para evitar que los familiares tuvieran que encontrarse ante el trance de pasar por delante de los 180 cadáveres, ya que muchos de ellos presentaban una difícil identificación, por estar prácticamente carbonizados. Todas la personas que, a través de los efectos personales, no identificaron a los cadáveres fueron trasladas al interior de la nave para así poder examinar la totalidad de éstos. Para ello no se estableció tope de tiempo.

La segunda fase está relacionada con los cadáveres de difícil identificación, a los cuales, antes de su inhumación, se les extraen las arcadas dentarias, que son depositadas en bolsas de plástico, que se introducen a su vez en pequeñas cajas de plástico de color amarillo, con su correspondiente número de identificación. En este último trabajo presta un gran servicio la Cruz Roja.

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