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EI Banco de España impondrá condiciones para el reparto de dividendos bancarios por el presente ejercicio

Los resultados obtenidos por la banca privada en el primer semestre del año muestran un deterioro sobre el mismo período del año anterior, que va a tratar de ser utilizado por el Banco de España para convencer a los responsables de los bancos de que hay que aceptar que hay años buenos y otros que no lo son tanto y que, por tanto, no pueden seguir creciendo las cantidades destinadas a dividendos al cierre de cada uno de los ejercicios. Un mayor rigor por parte del Banco de España a la hora de aprobar los balances finales que justifican el reparto de dividendos a los accionistas se ha puesto en marcha.

El balance provisional del primer semestre del año de la banca privada muestra un descenso del 9% de los resultados para el conjunto del sector, pero lo malo no es eso. Por primera vez desde hace muchos años, la caída en el crecimiento de los beneficios se extiende a todos los bancos y no sólo, como venía ocurriendo hasta ahora, al grupo de pequños y medianos, en los que se englobaban todas las instituciones en crisis y en proceso de saneamiento.Con los datos actuales se observa que el total de la banca ha visto descender sus resultados en el primer semestre en cerca de 7.000 millones de pesetas y que los siete grandes han obtenido 2.000 millones menos que en el mismo período del año anterior. Las amortizaciones y las provisiones para fallidos han aumentado para el conjunto del sector, pero no así para el grupo de los principales, que han destinado en el primer semestre menores cantidades de las que inmovilizaron el año pasado. Hasta ahora lo normal era que el grupo de pequeños y medianos bancos fuera mostrando unas cifras de resultados cada vez peores, ya que en ellos se englobaban las pérdidas experimentadas por los bancos en crisis.

Mayor deterioro

Lo normal sería que en este ejercicio, en el que van a empezar a contabilizarse de forma mucho más real las pérdidas de grupos bancarios como Catalana, Rumasa, Urquijo, Levante y todos los que han entrado en un proceso de saneamiento en este año, este grupo de instituciones bancarias mostrara un mayor deterioro de sus cuentas de resultados. Parece que la exención de coeficientes legales para todos estos bancos y para aquellos que ya llevan más de un año en proceso de saneamiento está generando suficientes resultados como para equilibrar esta tendencia negativa.No ocurre lo mismo en el grupo de los grandes bancos, que han visto cómo los resultados del primer semestre son menores que los del año pasado. En este grupo parece claro que hay diferencias entre unas y otras instituciones, pero lo cierto es que el conjunto, que supone el 60% de la actividad bancaria, está sintiendo ya de forma clara el deterioro de la situación financiera. Ello no significa que, al cierre del ejercicio, no se produzcan las operaciones escaparate típicas, y que al final se mejoren los resultados.

El Banco de España está tratando este año de que esta limpieza de fachadas sea lo menor posible y que los balances que se presenten a final de año se ajusten lo más posible a la realidad. En los dos últimos ejercicios, el gobernador del banco emisor ha recomendado a los bancos, especialmente a los grandes, unos topes a la hora de fijar lo que se destina de los resultados al pago de dividendos. En 1981 estableció el tope en el 8% de los recursos propios de cada institución financiera; el año pasado intentó cambiar de táctica y que cada banco aceptara su situación particular y que se mostraran por primera vez diferencias entre los grandes bancos.

Avisos a los bancos

Los intentos no fructificaron, porque los grandes llegaron a un acuerdo mínimo entre ellos, y las normales diferencias que debían haberse mostrado fueron matizadas. En el seno de la patronal bancaria se optó por proponer un rasero único, a pesar de que se sabía que los deseos del banco emisor y de los responsables del nuevo Gabinete iban más por ofrecer unos dividendos menores que los del año anterior. Las presiones que entonces se hicieron no fueron suficientes, y se considera que ello se debió a que empezaron en el mes de diciembre.Para corregirlo, este año los responsables de los principales bancos privados ya han recibido diversos avisos seis meses antes de que se cierre el ejercicio. En el marco de la universidad Menéndez Pelayo, un director general del Banco de España anunció claramente que se había acabado este tipo de prácticas y que los balances anuales debían mostrar una mayor claridad. A partir de ese momento, los principales responsables de los siete grandes han pasado por los despachos del banco emisor y han empezado a discutirse aspectos concretos que inciden directamente sobre la cuenta de resultados y sobre el reparto posible de dividendos.Los criterios que están manejándose en estos momentos en el Banco de España para aceptar los balances que los bancos preseten se centran especialmente en que se demuestre la efectividad real de los recursos propios de cada entidad financiera y la veracidad de los resultados que se presenten. En todo caso, se se fíala, cualquier duda que pueda haber deberá resolverse a favor de realizar mayores provisiones y destinar menores cantidades a reparto de dividendos. Los re cursos propios de las entidades financieras vienen determinados por el capital y las reservas que hayan ido realizando. La existen cia de paquetes importantes de acciones en las propias manos d e algunos bancos reducen, en opinión del Banco de España, los re cursos propios de estos bancos en esa proporción, y ello tendría que reflejarse en los balances finales. Estas nuevas exigencias, en opinión del banco emisor, van a llevar a que, por primera vez, los resultados de los siete grandes bancos difieran y reflejen de forma algo más real la situación por la que atraviesa cada una de las entidades.

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