Lina Morgan, la preferida del público
Su espectáculo '¡Vaya par de gemelas!' ha batido todos los récords de recaudación
En el teatro de La Latina, de Madrid, y en ese café, hay una mesa a la que Lina Morgan, actual propietaria del edificio y empresaria de la compañía titular, no quiere sentarse nunca. Si le preguntas por qué te dirá: "Es que en esa mesa yo he llorado mucho". Después de 30 años de lucha -empezó a trabajar a los 13-, Lina Morgan ya no llora por su profesión, ya no se siente explotada: su espectáculo ¡Vaya par de gemelas!, tras 20 meses de representaciones, se ha convertido en el que más dinero ha recaudado, proporcionalmente, desde que existe la Sociedad de Autores. Hoy, domingo, Lina se despide del público para empezar a preparar una nueva revista: ese género que ha contribuido a renovar porque lo quiere más que a ninguna otra cosa en el mundo.
Una mujer menuda, que mueve la cabeza con energía y, al hacerlo, se le pone a opinar el pelo corto, mechado en rubio. En la vida no tiene nada del personaje patético-gracioso que ha ido desarrollando en el escenario a lo largo de los años. Te transmite, más bien, una confortable sensación de fuerza, de mujer que se ha hecho a sí misma, casi sola -la ayuda de su hermano José Luis ha sido fundamental- y con muchos pesares. La fuerza está en la superficie, y la esponjosa humanidad inmediatamente debajo, lista para ejercer cuando el que está delante no manifiesta deseos de atacar.Nacida en 1937 en la madrileña calle de San Pedro, tuvo una infancia de niña pobre típica de la época y, simultáneamente, feliz: a Angelina López le parecía que, incluso en sus condiciones, la vida estaba muy bien, incluso si no había dinero para ir al conservatorio y tenía que conformarse con una academia de baile. Su primera gira la hizo a los 12 ó 13 años, de bailarina en una compañía infantil. A partir de ahí le vino la lucha, se le echó el teatro encima y tuvo que hacerse un sitio.
Estupenda de bolsillo
Porque actriz es lo que ella quería ser, y en la revista, cosa que entonces parecía imposible: "El esquema era siempre el mismo. Señora estupenda y actor cómico". El gran triunfo de Lina Morgan ha sido fundir ambos prototipos en uno sólo, ser la estupenda -en su caso, una estupenda de bolsillo- y la bufa al mismo tiempo. Y enriquecer este último personaje con aportaciones que vienen de la gran tradición del cómico americano a lo Charlot o a la italiana a lo Totó, elaborado de una forma muy personal y espontánea, muy española también. Hacer eso fue un trabajo lento, que no eclosionó realmente hasta que Lina consiguió formar su propia compañía.Lo que ella quiere es que la revista, un género que el público ama tanto, reciba consideración por parte de quienes creen que el teatro serio es otra cosa. "De un tiempo a esta parte, muchos intelectuales están descubriendo lo que hago, empiezan a valorar mi trabajo personal". Nuria Espert y José Luis Gómez llevan a sus amigos extranjeros a ver a Lina, y Darío Fo, después de verla, dijo que una actriz como ella tendría mucho que hacer en Italia.
Aquí, Lina Morgan simplemente es la preferida del público.
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