La política hidráulica
Con frecuencia anual o bianual sufrimos trombas de agua que provocan importantes desgracias personales y materiales. Resulta indignante asistir al espectáculo de lamentaciones, a posteriori, de las autoridades. Sería de esperar que este Gobierno haga una política hidráulica, si no socialista, al menos racional. El domingo 28 de agosto publicaba este diario un interesante artículo de Juan Benet abogando por una política hidráulica unificada en todo el Estado. De esta forma se evitaría, como él señalaba, que mientras unos pantanos están prácticamente vacíos, otros estuvieron casi al límite máximo de su capacidad. Con esta política de trasvases se solucionaría por una parte la sequía en determinadas zonas -elemento importante a la hora de la capacidad de erosión y arrastre de las aguas en caso de avenida-, y por otra, al descender el nivel de algunos pantanos, aumentaría su posibilidad de almacenar sin desbordarse. Para completarlo, sería necesario canalizar al máximo todos los cursos de agua y evitar las construcciones cerca de los cauces que casi cada año se convierten en torrentes. Ya sé que es una tarea difícil y costosa, pero el Estado tiene los medios necesarios para efectuarla. Excusas de presupuesto no sirven si se tiene en cuenta que los gastos actuales en pérdidas y amortizaciones son muy cuantiosos. Además, ¿no hay dinero para programas FACA y para preparar nuestra entrada en la OTAN? Ya es hora de que exijamos que los impuestos que pagamos todos reciban mejor uso./
