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El Gobierno duda que la visita de Teodoro Obiang resuelva la crisis planteada en la cooperación con Guinea

El Gobierno español espera, aunque desconfía, que el Presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, que llegará esta tarde a Madrid, ofrezca garantías formales de que será conmutada la pena de muerte al sargento Venancio Micó, condenado por intento de golpe de Estado contra el régimen de Obiang y que se asiló en la embajada española en Malabo en mayo pasado.

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El acuerdo alcanzado por el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, con la administración de Malabo, tenía dos partes, una primera sobre la conmutación de la pena a Micó y otra segunda por la que se le expulsaría del país y España se comprometía a buscarle asilo en otro Estado. En medios diplomáticos españoles se expresó ayer cierto pesismismo sobre el futuro de las relaciones llispano-ecuatoguineanas, y en otros medios relacionados con la ex colonia se llega incluso a tener que Obiang no permanezca en el puesto mucho tiempo.El presidente Felipe González accedió el martes a recibir a Teodoro Obiang con urgencia, a pesar de que el presidente guineano tenía solicitada su entrevista desde hacía varias semanas. Un DC-8 del Ejército del Aire fue despachado ayer a Malabo para recoger a Obiang y a su séquito, que se espera permanezca en Madrid hasta el sábado.

El ministerio de Asuntos Exteriores informó ayer que el presidente Obiang llegará hacia las siete de la tarde y viajará acompañado de los ministros de Exteriores, Planificación, Aguas y Bosques y Agricultura. La visita ha sido calificada de trabajo y están previstas reuniones con Fernando Morán y el presidente Felipe González. Aunque no existe confirmación oficial, se cree que Obiang será recibido por el Rey el sábado en el palacio de la Zarzuela. Don Juan Carlos se encuentra desde el martes en Palma de Mallorca de vacaciones con la familia real.

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El incidente del sargento Micó ha venido a complicar nada más la, por otra parte, problemática situación en que se encuentra el tema de la cooperación española con Guinea, afirman fuentes diplomáticas y comerciales socialistas. La falta de utilización efectiva para el desarrollo del pueblo ecuatoguineano de la ayuda anual de España y la negativa de Malabo a renegociar su deuda exterior con nuestro país (unos 6.500 millones de pesetas), han convencido al Gobierno español de la necesidad de cambiar esa situación.

A las autoridades españolas les interesa el buen entendimiento con la ex colonia, pero existen serias dudas de que el clan de Mongomo, que domina a Teodoro Obiang Nguemay a la política del país y que se caracteriza por su antiespañolismo, esté dispuesto a dejar que Madrid ejerza un mayor control sobre los casi 1.700 millones de pesetas que entrega anualmente a Guinea Ecuatorial.

El sargento Micó no ha tenido nunca ninguna relación especial con España y su suerte no hubiera supuesto para el Gobierno de Madrid ningún quebradero de cabeza de no ser por la desafortunada gestión de dos funcionarios del ministerio de Asuntos Exteriores, aquí y en Malabo, que le dieron entrada en la embajada, después de que le negaran asilo los soviéticos y los franceses.

El ministro Morán, que se encontraba en Brasil cuando ocurrió el incidente, no tuvo otra alternativa a su regreso que viajar a Guinea y tratar de obtener garantías sobre la vida de Micó, en un momento en que la negativa a entregarlo hubiera acarreado probablemente un asalto a la legación diplomática española en Malabo.

El futuro de las relaciones y de la cooperación entre ambos países depende en gran manera de los resultados de esta visita, según la impresión recogida por EL PAIS en círculos gubernamentales españoles. España, que no tiene intereses económicos importantes en Guinea Ecuatorial y sólo mantiene su ayuda por razones humanitarias y de responsabilidad de antigua metrópoli puede, si la situación se enrarece todavía más, actuar con este país africano en la misma línea que con el resto del continente. El propio Fernando Morán ha declarado en otra ocasión que dentro de la futura ley de cooperación exterior, que el Gobierno propondrá al Congreso antes del final de la legislatura, el reparto de la ayuda española al desarrollo dedicaría a Africa, incluída Guinea, un 30%.

Durante la estancia de Obiang en Madrid se cree que mantendrá entrevistas también con varios miembros de la Junta civil de salvación nacional, compuesta de guineanos residentes en España y en la oposición política al régimen de Malabo. El Gobierno español asegura que no ha tenido ninguna intervención en la preparación de esta entrevista.

El teniente coronel Teodoro Obiang realizó su primera visita a España en abril de 1980, correspondiendo a la realizada a Guinea por los Reyes en diciembre del año anterior, después del golpe de Estado de Obiang contra Macías en agosto de 1979. La segunda visita se efectuó en mayo de 1982 y en septiembre de ese mismo año se entrevistó con Calvo Sotelo durante una breve escala en Barajas en viaje de regreso a su país procedente de Roma.

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