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La RFA endurece las penas sobre la alteración del orden público

Ante la posibilidad de Un otoño caliente con motivo del estacionamiento de los nuevos euromisiles atómicos, el Gobierno de centroderecha -democristianos y liberales- llegó ayer a un acuerdo en Bonn para endurecer la represión de las manifestaciones en que . se produzcan desórdenes públicos. Después de varias semanas de tira y afloja entre el ministro del Interior, el socialcristiano bávaro Fredrich Zimmermann, y el de Justicia, el liberal Hans Engelhard, el Gabinete llegó a un acuerdo ayer en Bonn sobre la modificación del derecho de manifestación.El Gobierno justifica la reforma con el argumento de que se trata de garantizar el derecho a manifestarse pacíficamente, garantizado en la Constitución. El momento en que se produce la reforma del Código Penal, en su artículo sobre alteración del orden público, y la tendencia de la nueva normativa demuestran claramente que se trata de conseguir un efecto disuasorio sobre los manifestantes pacifistas del próximo otoño, cuando lleguen los nuevos misiles al territorio de la República Federal de Alemania. En el futuro podrán ser perseguidas penalmente todas las personas que estén presentes en una manifestación en la que se produzcan actos violentos y no sigan las órdenes de la policía de disolverse.

La reforma del Código Penal presenta difíciles problemas de carácter práctico para la policía, que tendrá que detener a todos los presentes de forma indiscriminada. Los tribunales de justicia se verán enfrentados con el problema de determinar si un manifestante siguió o no las instrucciones de disolverse o si actuó en tono moderador ante los violentos.

La oposición socialdemócrata y los verdes ven en la nueva normativa un intento de socavar el derecho a manifestarse, garantizado por la Constitución. El ex ministro de Justicial, el socialdemócrata Juegen Schmude, declaró ayer en Bonn que las nuevas normas suponen "un fuerte golpe contra la libertad y el Estado de derecho". Schmude denunció que en el futuro los caóticos dispuestos a emplear la violencia tendrán en su mano el convertir manifestaciones pacíficas en hechos criminales.

Algunos policías se preguntan si tendrán que detener a todos los espectadores cuando en un estadio de fútbol se produzcan actos de violencia. El miedo al otoño caliente empieza a reflejarse en Bonn.

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