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Las ausencias de Hassán II y Gadafi abortaron la primera 'cumbre' magrebí en Argel

La primera cumbre del gran Magreb árabe se ha quedado en una reunión tripartita argelino-tunecino-mauritana celebrada ayer por la mañana en Argel, poco antes de la salida del presidente tunecino, Habib Burguiba. Este habría mostrado su pesadumbre por el fracaso de una iniciativa conjunta con Argelia, destinada a mejorar las relaciones entre los países magrebíes. Las ausencias inexplicadas del rey Hassan II y del coronel Gadafi hicieron abortar una reunión en la que los argelinos habían puesto todas sus esperanzas.

Las interpretaciones variarán de una capital a otra a la hora de analizar por qué esta cumbre no se ha podido materializar bajo la presidencia del veterano Burguiba. Si entre Marruecos y Argelia, como ha dicho recientemente el ministro marroquí del Interior, Driss Basri, no existe ningún problema mayor", no se entiende el rechazo de Hassan II a venir a Argel, donde, según todo parecía despuntar, no se pretendía llevarle a un atolladero ni se le exigían concesiones imposibles de realizar en torno al conflicto del Sáhara occidental.Los medios argelinos han recordado que en ningún momento se había convocado la cumbre ni se enviaron invitaciones, pero todos saben aquí que los viajes hechos a Trípoli, Nuakchott y Rabat por dos emisarios argelinos, el número dos del partido, Cherif Messaadia, y el ministro del Interior, Mohamed Yala, tenían como fin lograr que Hassan II y Gadafi se trasladaran a Argel con ocasión de la presencia de Burguiba.

A pesar de la desilusión que ha causado este fracaso, no parece lógico imaginar que se han cerrado las puertas a un nuevo intento de reunir a los jefes de Estado de los cinco países del gran Magreb árabe para dirimir sus querellas y buscar una solución magrebí al conflicto del Sáhara.

En todo caso, para los argelinos las puertas siguen abiertas y esta voluntad de desdramatizar lo ocurrido en Argel en los últimos tres días tiene mucho .de elegante, aunque nadie se atreva aquí a predecir cuál va a ser el futuro de las relaciones argelino-marroquíes.

La normalización entre los dos países avanza cautelosamente, aunque de forma ininterrumpida. Argelia considera que para cerrar el proceso será necesario que Marruecos acepte el principio de una solución política en la crisis del Sáhara.

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