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El partido comunista polaco buscará acuerdos con las fuerzas sociales no hostiles al socialismo

El duodécimo pleno del comité central del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP), que se celebra bajo el signo de una sorda lucha entre reformadores y dogmáticos, se abrió ayer en Varsovia con una reafirmación de la política de buscar el acuerdo con todas las fuerzas sociales, excepción hecha de las "hostiles al socialismo"."Los adversarios del socialismo, aunque debilitados, a la defensiva y aislados" están lejos de haber cedido, por lo que el informe al pleno proclama solemnemente que "no hay acuerdo posible con ellos".

El documento señala que todavía no se ha encontrado respuesta a la pregunta de cuánto tiempo se necesitará para la total normalización del país "ni el costo social del proceso" y sostiene que el concepto de pluralismo que agita la oposición es una táctica para implantar a la "oposición antisocialista y contrarrevolucionaria" en la vida política polaca.

En el largo informe del buró se reitera la inquebrantable alianza con el Pacto de Varsovia y la Unión Soviética. Y se da cuenta de las "relaciones constructivas de la Iglesia y el Estado", aunque se denuncia los "casos de explotación política de ceremonias religiosas y lugares de culto".

El documento no hace ninguna referencia a la lucha intestina que sufre el partido, en la que disputan los reformadores, que apoyan la línea tímidamente reformadora de Wojciech Jaruzelski y pretenden reforzar sus posiciones en el buró, y los dogmáticos, menos entusiastas con las directrices políticas del hombre fuerte polaco.

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