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La propuesta española de construir el gasoducto africano será fin el punto central de la reunión ministerial de París

La propuesta española de construir un gasoducto entre varios países del norte de África y Euro pa, a través del estrecho de Gibraltar, como alternativa de diversificación de los suministros de gas natural en Europa Occidental, será el punto central de la reunión ministerial que los 21 países miembros de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) celebran mañana, domingo, en la capital francesa. Fuentes solventes de la AlE señalan que la idea española ha centrado el interés de la reunión en el importante punto tres del orden del día, Necesidades Energéticas y Seguridad, en el que el orga nismo internacional refleja su inquietud por la dependencia que numerosos países europeos puedan tener a medio plazo de uno o dos únicos suministradores de gas natural.Antes de que se conociera la propuesta española (EL PAIS, 4-5-83) de enlazar Nigeria, Argelia y Marruecos con Europa por medio de un gasododucto que cruce el Atlántico en las proximidades de Gibraltar, los comités preparatorios de la asamblea ministerial habían elaborado un duro documento, como base para el comunicado final, en el que los miembros de la AlE (todos de la OCDE menos Francia, Islandia y Finlandia) expresaban su preocupación por la vulnerabilidad europea en el frente del gas natural, una vez que la mayoría de los países europeos comenzarán a consumir gas soviético dentro de dos/tres años. El documento hacía mención indirecta también a Argelia, aparte de la URSS, ya que estos dos países son, prácticamente, los dos únicos vendedores importantes de este hidrocarburo a Europa.El discurso que pronunciará el domingo el ministro españól de- Industria y Energía, Carlos Solchaga, ante la sesión plenaria, se convertirá, en este sentido, en la base de los trabajos que los países consumidores deben emprender, según recomienda el documento citado, para modificar esta situación de dependencia. Con el mencionado gasoducto magrebí, la vulnerabilidad europea frente al gas siberiano se reduciría considerablemente, ya que, en la eventualidad de una falta de suministro, el gas podría - seguir fluyendo a Europa procedente de Argelia, Nigeria y, eventualmente, la zona sahariana y Marruecos.Para recabar apoyo político y financiero al proyecto, Carlos Solchaga tiene concertadas dos importantes entrevistas en París, una con el secretario de la Energía norteamericano y otra con su colega francés. Una de ellas se habrá celebrado para cuando haya aparecido esta edición. En la solicitud de ambos encuentros se ha especificado que el propósito de los mismos era exponer las nuevas ideas españolas con relación al punto de la agenda titulado Necesidades energéticas y Seguridad.

Recomendaciones de la Agencia

En el borrador de este punto, redactado el pasado 28 de abril bajo el epígrafe de "Nota del director ejecutivo", no se hace mención a la propuesta española, porque la misma no había sido delineada ni sugerida todavía por ninguna delegación. Algunos medios estiman que quizá sea, ahora, demasiado tarde para incluirla en el comunicado final de la reunión mínisterial, que estará listo el mismo domingo por la tarde, aunque, curiosamente,el proyecto español centre las discusiones de la conferencia anual de la AlE. En la nota, sin embargo, queda reflejada la preocupación de la AlE por el problema de la seguridad en los suministros energéticos de los países miembros. En este sentido, el borrador señala que la actual situación favorable del mercado de petróleo y los bajos precios relativos existentes son "un respiro temporal para la economía mundial" que los países consumidores no deben confundir con la estabilidad. "Existe un riesgo de endurecimiento renovado en el crecimiento posterior durante esta década, a menos que los países industrializados fortalezcan sus políticas para estructurar sus economías energéticas". En este sentido, añade el documento, las perspectivas de unas importaciones crecientes de gas natural para ayudar a reducir la dependencia de petróleo importado pueden conducir a una dependencia muy fuerte de algunos países de una única fuente suministradora de gas". Es necesario, por tanto, "evitar el desarrollo de situaciones en las que las importaciones de gas podrían debilitar, más que fortalecer, la seguridad en los suministros energéticos y, por extensión, la estabilidad económica de los países miembros". Bajo esta perspectiva, las recomendaciones de la AlE se cifran en evitar precisamente esta dependencia de -una sola fuente energética, increrrientar y diversificar los suministros de otros productores" teniendo en cuenta la situación geográfica de los consumidores, y estimular la cooperación y el intercambio de las importaciones.

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