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Satisfacción en la OTAN por el apoyo español a los euromisiles

Andrés Ortega

Cuando en la OTAN cunde la opinión de que las negociaciones de Ginebra sobre los euromisiles no llegarán a ningún resultado positivo antes de que comience, en diciembre, el despliegue de los misiles de crucero Tomahawk y los Pershing 2 por parte occidental, las declaraciones del presidente del Gobierno español han causado una sensación extraordinaria, en palabras de un diplomático. Felipe González afirmó en Bonn que España apoyaría el despliegue atlántico si fracasasen las negociaciones. En medios atlánticos se estima que esta actitud española viene a reforzar la cohesión de la alianza.Las palabras de González fueron objeto de aprobación en la reunión habitual del los miércoles del Consejo Atlántico, que agrupa a los jefes de las representaciones permanentes de los dieciséis en Bruselas. Fue el propio secretario general de la OTAN, Joseph Luns, el que en el Consejo de ayer trajo a colación el tema español. El embajador de la RFA, según fuentes diplomáticas, se mostró especialmente entusiasta de las declaraciones de González.

En los medios atlánticos se destacó la gradual aproximación española a la OTAN en este tema. Primero fue una declaración de González sobre una opción cero que no era la de la OTAN, pues apuntaba a una desnuclearización de Europa. Luego llegó el apoyo a la opción cero atlántica, que propugna la eliminación, tanto al Este como al Oeste, de todos los misiles nucleares terrestres de alcance intermedio (INF). Finalmente, en marzo, España apoyó la opción intermedia de EE UU -un número equivalente de cabezas nucleares de este tipo a ambos lados-" distanciándose, sin embargo, de la doble decisión. Pero apoyar una opción, se estimaba en medios atlánticos, consiste también en tener una postura en caso de que fracasase esta opción. El último paso deriva de una evolución favorable y lógica, por lo que ha causado entusíasmo, pero no sorpresa.

Y las declaraciones de González destacan aún más en el actual contexto de las negociaciones de Ginebra, que se reanudarán el 17 de mayo. En la OTAN, si se estima que al final Moscú aceptará una solución negociada, se piensa que ésta solamente llegará una vez que la OTAN haya comenzado el despliegue de sus misiles. Las declaraciones del líder soviético, Yuri Andropov, sugiriendo la posibilidad de contar las cabezas nucleares y no los misiles como unidad de base para la negociación, han sido acogidas con interés en la OTAN. Luns habló de posibilidad de "salir de un callejón sin salida". La OTAN sigue rechazando, sin embargo, el tomar en cuenta los misiles franceses y británicos en la negociación.

Interés de la RFA

La RFA parece especialmente interesada en que se desplieguen al menos algunos euromisiles. Para Bonn no hay que abandonar la política nuclear en la OTAN, a favor, como pretende el general William Rogers, comandante supremo de la OTAN en Europa, de una nueva generación tecnológica de armas convencionales. La nueva táctica, que es discutida en la OTAN, su pondría que, en caso de un ataque del Pacto de Varsovia, la OTAN llevaría a cabo un repliegue táctico, lo que equivale a decir que cedería en un primer momento una parte del territorio de la RFA. Ante un avance soviético, las INF podrían restaurar la disuasión dentro de la guerra.

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De ahí el interés alemán en el despliegue y en el apoyo político español. No es tampoco casualidad que en los pasillos de la OTAN en Bruselas se hable a la vez de la situación de España en la OTAN y de su ingreso en la CEE. Bonn, que ocupa en este primer semestre de 1983 la presidencia rotativa de la CEE, tiene en sus manos una de las llaves para el ingreso de España en la Comunidad Europea: la decisión de aumentar o no el presupuesto de la CEE y sus fuentes de financiación.

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