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Las eléctricas, soporte del mercado

Los valores eléctricos se encargaron de animar la contratación la pasada semana, arrastrando tras sus mejoras a un buen número de los valores, que se negociaban. La oferta estuvo prácticamente replegada sobre sí misma a lo largo de todo el ciclo, y únicamente en el grupo bancario se observaban síntomas de debilidad, mientras que la desconfianza cundía entre sus incondicionales.Los insistentes rumores que han venido circulando sobre operaciones similares a la que está centrada sobre Electra de Viesgo han hecho que una buena parte de ese dinero inquieto, que normalmente busca sólo posicionarse a corto plazo, se haya decidido a arriesgarse tomando posiciones en los títulos de algunas de las sociedades a las que seles vaticina un futuro similar.

Este era el caso de Hidroeléctrica del Cantábrico, Reunidas de Zaragoza y, en menor medida, Hidroeléctrica de Cataluña. Los operadores a corto centraron su actividad sobre ellas, posiblemente siguiendo con retraso la andadura iniciada por algunos de los grupos financieros que se están mostrando más interesados en este tipo de operaciones.

Sin embargo, estos movimientos generaban un clima de esperanza entre los inversores, que se veía afianzado por las declaraciones de confianza en el futuro del sector eléctrico que realizaba el ministro de Industria y Energía, Carlos Solchaga.

Las viejas suspicacias sobre la capacidad de estas sociedades para mantener sus dividendos, los peligros de la intervención pública en la red de distribución de alta tensión y el creciente endeudamiento del lector fueron relegados al olvido como consecuencia de unas operaciones con un cierto matiz de especulación que se prevén. Pero, en definitiva, esto es lo que gusta a los habituales de las reuniones bursátiles, y ellos, junto a los responsables de las mayores carteras institucionales, son los últimos responsables de los procesos de fijación de cambios. Siempre que las circunstancias y los vendedores lo permiten, los dos colectivos antes citados acostumbran a actuar al unísono para generar avances; en los precios de los valores más representativos del mercado. Sin embargo en esta ocasión no ha sido posible afectar a los valores bancarios a esta corriente positiva, genérica. Ni tan siquiera la proximidad de los segundos dividendos a cuenta del pasado ejercicio han constituido un revulsivo lo Suficientemente importante como para animar a los compradores. El aparente empuje con que cerraron las últimas reuniones del ciclo hace que los especialistas manifiesten algún tipo de esperanzas sobre las posibilidades de desarrollo positivo de las próximas reuniones. Sin embargo, el comportamiento del grupo bancario será, con toda posibilidad, la circunstancia que determine la orientación del mercado.

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