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Crítica:El cine en la pequeña pantalla
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Película premiada

Días antes del frustrado golpe de Estado de 1981 se presentó en el festival de Berlín esta curiosa película de Manuel Gutiérrez Aragón, que aunque no logró mención alguna en el palmarés oficial, sí-contó con una buena recepción de la crítica internacional. Más tarde obtendría numerosos premios: el de Chicago, el Sant Jordi, el de Fotogramas... No podía ser de otra manera. Maravillas es un retablo que invita a la fascinación, que permite una relación distinta con cada espectador al sugerirle elementos que no se concretan un¡lateralmente, sino que se abren a múltiples lecturas personales.Maravillas es, como se escribió, una película mágica, sin norma, que cobra vida al relacionarse íntimamente con cada cual. Obra libre que encierra una amarga consideración sobre la libertad; en este caso, la de una adolescente que, al abandonar el mundo mítico de la infancia, comienza a desencantarse.

"Como en un cuento de hadas, las peripecias son múltiples, pero apenas se insinúan. Para Manuel Gutiérrez, sugerir es el secreto del arte cinematográfico, y no querer decirlo todo, uno de los más eficaces recursos de la estética del arte cinematográfico", escribió Manuel Alcalá en Cine para leer 1981.

Igualmente elogioso fue Javier Vega en Contracampo, revista que puede situarse en las antípodas ideológicas de la del texto anterior: "El público queda subyugado, se emociona, es atrapado como por arte de encantamiento; no hay más que abrir la Prensa para encontrar todo género de superlativos: enigmática, fascinante, prodigiosa, emotiva, tierna, inteligente, realista, sugerente... Todo esto, conseguido sin perder el rigor teórico y la honestidad personal que caracteriza la producción de Manuel Gutiérrez. Si acaso, hay exceso de información en las primeras secuencias, demasiado explicativas, quizá por razones ajenas a la voluntad del director".

Es una opinión. Lo que quizá se puede reprochar a la primera parte de Maravillas es la confusión de algunas de sus secuencias (la del robo de las joyas, por ejemplo), probablemente debida a una planificación poco acertada. Rápidamente, sin embargo, las insólitas imágenes que componen toda la película pueden arrebatar al espectador. La niña Maravillas cruzando con gran peligro el pretil de la azotea, inducida por su misterioso tío Salomón Toledo, hombre de ferias que reproduce en teatrillos la muerte de Caryl Chessman, y por ello mal visto por los restantes miembros de la colonia judía a la que pertenece, se entremezclan con fantasía, "sorprendiéndonos desde el primer instante", como dijo Jesús Fernández Santos.

Fernando Fernán-Gómez, en su papel de padre de Maravillas, hace una auténtica creación y una interpretación asombrosa.

Maravillas se emite mañana, a las 22.15, por la segunda cadena.

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