_
_
_
_
_
La investidura del nuevo presidente del Gobierno

Felipe González mantiene el objetivo de crear 800.000 empleos en cuatro años y reducir la inflación para 1983

Una exposición moderada en la forma y en el contenido, con frecuentes apelaciones a la necesidad de acuerdos nacionales para afrontar los principales problemas, fue el discurso de investidura del candidato a la presidencia del Gobierno, Felipe González. Medidas concretas sólo en el terreno económico, anuncio de un importante paquete legislativo en materia autonómica y administrativa y grandes criterios en el resto de los problemas enunciados fueron las características generales de la intervención de Felipe González, cuyos aspectos esenciales resumimos a continuación.

Más información
Objetivos y criterios del Gobierno socialista

El candidato a la presidencia comenzó su discurso a la Cámara con la aseveración de que "estamos viviendo una jornada histórica y decisiva para nuestro futuro. Histórica, porque hoy comienza el cambio; decisiva, porque desde los primeros pasos por el nuevo camino empezamos ya a ir configurando su trazado". Tras enunciar que "el pueblo ha votado el cambio y nuestra obligación es realizarlo", un cambio "hacia una España que progrese en paz y libertad", recordó que "los ciudadanos han elegido el 28 de octubre unas Cámaras con una mayoría fuerte, es decir, con un Gobierno sólido, y con otras fuerzas políticas vigorosas".Dijo después que solicitaba de la Cámara su investidura para gobernar, lo cual "no significa solamente estar atento a las curvas del camino", sino "guiarse al mismo tiempo por el perfil del horizonte". Indicó que "nuestro horizonte como socialistas, con la responsabilidad de gobernar para todos los españoles, es profundizar constantemente en las libertades", y afirmó claramente que "nuestro sentido del cambio se proyecta hacia el futuro y se apoya en los valores más permanentes del hombre, rechazando la concepción atomizada de la sociedad".

El candidato a la presidencia formuló después tres principios para su acción de gobierno:

- La paz social, "es decir, la seguridad ciudadana como garantía de desarrollo de las libertades, que es un concepto más noble y amplio que el de orden público reducido a la tranquilidad en las calles. Paz y seguridad en todos los ámbitos: en el trabajo, en el ocio, en la creación, en la interdependencia de nuestra vida en común, en las relaciones internacionales".

- La unidad nacional, "que se fortalece con la diversidad de nuestros pueblos, con las preferencias de los grupos, con las singularidades propias de este rico y variado mundo que llamamos España. No sólo no excluye esas diferencias, sino que, al contrario, la unidad se vigoriza gracias a la autenticidad con que son vividas por sus portadores humanos",

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

- El progreso, "como un instrumento al servicio de la justicia, como un concepto que va más allá del mero desarrollo económico, que incluye el incremento de la riqueza nacional, pero que atiende a las necesidades vitales de los seres humanos, a su profundo afán de comprensión, de dignidad, de igualdad. Por ello nos obliga a luchar contra las diferencias que privilegian a ciertos grupos y marginan lacerantemente a otros".

Felipe González anticipó después que "es nuestra intención informar a los españoles en los próximos meses sobre la situación que hemos recibido, y en particular en la presentación de los presupuestos. Asimismo les iremos dando cuenta en el futuro de cuanto les atañe, sincera y claramente, para que la esperanza se base en la verdad".

Entró después a enumerar cuatro áreas de problemas en los que dijo que agrupaba "los aspectos detallados en nuestro programa electoral, que es, naturalmente, la base del programa de gobierno". Esas cuatro áreas son la lucha contra la crisis económica y el paro; el avance hacia una sociedad más libre y más igualitaria; la reforma progresiva de la Administración del Estado, en cumplimiento del artículo 103 de la Constitución y del contenido del título VIII, y proyectar hacia el exterior, digna y eficazmente, la realidad de España. Advirtió también que todas ellas están estrechamente ligadas entre sí y, antes de entrar en los problemas de la crisis económica, anunció que se prestará "una atención justa y urgente" a las zonas golpeadas por la catástrofe de las inundaciones.

Y dijo igualmente, en el capítulo de advertencias, que el hecho de comenzar por los temas económicos no implica creencia en su primacía, "porque lo que nos preocupa ante todo es el hombre", pero "a los hombres les limitan y preocupan hoy, muy inmediatamente, los problemas económicos, porque el marco histórico en que vivimos está dominado por una crisis de marcada intensidad y extensión". A este respecto mencionó algunos de los desequilibrios fundamentales: el paro, que constituye el 16% de la población activa, siete puntos por encima de la media de la OCDE; la inflación, con un suelo del 14%, o 15%, que no se ha conseguido rebajar en los últimos tres años, mientras se ha ampliado la diferencia con los países desarrollados; el déficit de la balanza de pagos, y el déficit de las administraciones públicas, del orden de un billón de pesetas en 1982, equivalente a un 5% del producto interior bruto.

Entre los desequilibrios mencionados, el más doloroso para Felipe González es el del paro. "Porque no se trata sólo de un problema económico que se podría aliviar sustancialmente con un subsidio. El paro ataca a las raíces más profundas del ser humano: socava la energía moral y la confianza; debilita el espíritu de participación ciudadana; lleva a cuestionar la solidaridad social". Y tras asegurar que "en esa lucha prioritaria emplearemos todos los instrumentos disponibles, todos los esfuerzos", afirmó que "no perderemos la menor oportunidad para crear trabajo".

Formas de picaresca

Y cuando el paro sea inevitable "pondremos en juego la solidaridad de todos para no colocar en una situación de desamparo y de miseria insostenible a quienes se vean reducidos a ello, de la misma manera que combatiremos el fraude laboral, con todas sus formas de picaresca, que degradan a quienes se ven implicados en ellas, ya sean trabajadores o empresarios. Esa picaresca como el fraude fiscal, la evasión de capitales y otras formas de delitos relacionados con la actividad económica serán perseguidos con el rigor a que obliga la ley y con la dureza que merecen las actitudes punibles de egoísmo insolidario".

Recordó después el objetivo de crear 800.000 empleos en cuatro años, y respecto a las críticas realizadas a dicha cifra por ambiciosa indicó que el ANE propuso 350.000 para 1982 y fue considerado como un método realista.

Respecto a la inflación, describió el fenómeno como "el problema de quienes ven decaer el poder adquisitivo de sus recursos monetarios, mientras que el drama del paro empieza por no poder siquiera obtener esos recursos". En este aspecto recordó la necesidad de "acuerdos responsables entre las fuerzas sociales", y dijo que el objetivo para el año próximo es reducir en tres puntos la tasa de inflación respecto a la de 1982. Otro objetivo concreto será obtener un crecimiento del producto interior bruto del orden del 2,5%, para 1983, sin sobrepasar una inflación en el entorno del 12%, y con un crecimiento de las disponibilidades monetarias del 13%. Un mayor esfuerzo de ahorro y de inversiones, así como de "refrenar toda tentación hacia una carrera irresponsable de expansión del consumo", completan este abanico de medidas y criterios económicos.

Para resolver el problema del déficit del sector público -"cuyo crecimiento aspiramos primero a frenar y en años sucesivos a reducir"-, dijo que la financiación debe hacerse a través de ingresos públicos claramente planeados respecto a los gastos socialmente necesarios o convenientes. La presión reformadora sobre la Administración pública debe ejercerse paralelamente contra el fraude fiscal. Para una mayor profundidad en estos aspectos, se remitió al futuro debate de los Presupuestos del Estado para 1983, aunque adelantó que "concebimos el sector público mucho más como un estímulo para el conjunto que como elemento suplantador de iniciativas sociales". Y anunció "un proceso de planificación acordado, no impuesto".

Pensiones y salarios

La garantía del mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones mediante una Ley de Revalorización Automática y la tendencia a que se mantenga el poder adquisitivo de las rentas salariales fueron dos de los principales puntos con que el candidato entró en el área de la política social de su programa, en la que "buscamos principalmente los resultados derivados de la acción en las otras áreas. Nuestra preocupación", dijo Felipe González, "es el pueblo y nuestro objetivo es conseguir que el crecimiento económico sea de todos y para todos.

La consideración adecuada de la mejora de la gestión de la Seguridad Social y de los distintos tipos de prestaciones, y la creación de "mecanismos institucionales y no solamente económicos para el establecimiento de un marco democrático de relaciones laborales" fueron también enumerados por el futuro presidente del Gobierno. Este quiso insistir "en la consideración de tres grupos humanos merecedores de un trato especial": los jóvenes, "que serán apoyados mediante programas de empleo juvenil, contratos de relevo y otras medidas"; la "llamada tercera edad" y la mujer. Sólo para el segundo de estos grupos anunció una medida concreta: "Una cartilla sanitaria especial de servicios geriátricos adecuados, entre otras ventajas". De la mujer dijo que su "persistente discriminación debe ser cada vez más corregida por razones de justicia".

El candidato dijo que se irán sentando las bases para integrar en la sociedad a los sectores marginados, como minusválidos, presos, personas sin ingreso alguno o grupos étnicos separados secularmente, como los gitanos, porque, en su opinión, la dignidad de una nación se mide por el trato que otorga a estos sectores. La política sanitaria "estará basada en la promoción de la salud, la prevención individual y colectiva, la atención primaria, la asistencia eficiente y la reinserción social del enfermo".

Respecto a la vivienda, Felipe González habló de la creación de una infraestructura suficiente, mejores formas de financiación de compra, promoción pública para alquiler y reducción de costes mediante planeamientos adecuados, "que muchas veces son ya conocidos por los técnicos, pero cuya aplicación se ve retrasada por los intereses especulativos". "Introducir las modificaciones precisas para eliminar trabas a la política de la vivienda", dijo también, "será un aspecto importante de la reforma administrativa".

Uno de los temas a que más tiempo dedicó el candidato a la jefatura del ejecutivo fue la educación y la cultura, "piezas claves de nuestra labor de Gobierno". Para Felipe González "es en este campo formativo donde se encuentra la clave del progreso social", y por ello recordó la igualdad de oportunidades recogida en la Constitución y cómo ésta manda desarrollar el sistema educativo español para cubrir las deficiencias.

"Importa notar", dijo González, "que las deficiencias no son sólo cuantitativas, sino cualitativas. La afición en el pasado a estadísticas que medían el progreso en este campo por la multiplicación de centros, de puestos escolares o indicadores análogos ha de complementarse con un examen más atento de la realidad, considerando los métodos educativos, los programas, la participación de padres y profesores y, sobre todo, el contenido mismo y las orientaciones de la educación". Después manifestó que "no se trata sólo de incrementar y mejorar en general, sino también de contribuir una vez más a la equidad y a la justicia", y recordó que las diferencias de acceso a los niveles educativos avanzados se transmiten regularmente de padres a hijos, "lo que es más penoso".

Para Felipe González, "es imperativo sacar a la Universidad de la crisis y postración actuales" y, con este fin, "el Gobierno presentará un nuevo proyecto de Ley de Autonomía Universitaria en un plazo prudente, para dar a la Universidad una real autonomía". El candidato a la presidencia del Gobierno anunció que "se incrementará sustancialmente el presupuesto para la investigación, concentrándolo en inversiones estratégicas".

El líder socialista señaló que la cultura encarna "nuestra concepción del mundo, nuestra escala de valores y nuestro sentido de la vida y, si bien en los terrenos de la investigación y de la ciencia hemos de lamentar haber retrocedido respecto a nuestro puesto relativo del pasado", nuestra cultura "ha logrado mantener, pese a negligencias y tergiversaciones, unos valores humanos tan altos como los que pueden ofrecer otros ámbitos culturales en el mundo", por lo que ,les importante reaccionar positivamente contra los efectos colonizadores derivados del proceso tecnológico de los medios de difusión cultural".

Cumplir y hacer cumplir las leyes

El candidato comenzó el capítulo sobre las libertades diciendo que "la seguridad es garantía de la libertad". "El Gobierno", añadió, "cumplirá y hará cumplir la ley. No permitiremos ninguna actuación al margen de la Constitución, y los que piensen que pueden violentarla encontrarán una respuesta rigurosa por nuestra parte".

Felipe González precisó que la Constitución permite a todos los ciudadanos pacíficos ejercer sus derechos y expresarse con libertad, e hizo un llamamiento a todos para una convivencia en paz, al tiempo que aseguraba que "ni el terror, ni el chantaje, ni los intentos involucionistas desviarán la decisión del Gobierno de hacer cumplir la Constitución". A renglón seguido, afirmó que "el 28 de octubre ha supuesto la más importante derrota moral para los que desean suplantar la voluntad de los ciudadanos".

Como objetivos reseñó la mejora profesional de los cuerpos de seguridad, "que han dado clara prueba de espíritu de sacrificio y afán de superación", para incrementar su eficacia y su vinculación a las aspiraciones populares. También se apelará "con rigor a la necesaria cooperación internacional" para erradicar el terrorismo.

Elogio a los miembros de la Administración de justicia y afirmó que la organización actual y la falta de medios son la causa de las deficiencias. Entre otras medidas, anunció "reformas procesales y de todo tipo" para mejorar la maquinaria judicial, evitar acumulaciones: en las cárceles, mejorar la situación de los internos y la gratuidad de las tasas judiciales. Asimismo afirmó que cuanto antes se establecerá la institución del Defensor del Pueblo.

La Administración

En cuanto a la Administración del Estado, subrayó la necesidad de liberarla de trabas, procedimientos anticuados y "corruptelas poco tolerables", y agregó que los principios inspiradores de los organismos públicos deben ser la competencia profesional, el espíritu de servicio y la ética.

Para los proyectos de austeridad de su Gobierno citó como instrumentos una ley de reforma del gasto público, la congelación de ciertas partidas de gasto y la potenciación de las oficinas presupuestarias de cada ministerio. "La austeridad y el rigor en el empleo de los caudales públicos será así un criterio tajantemente exigido".

También anunció la configuración del delito económico. Tras sostener que la gran mayoría de los fallos se deben a la desmoralización de los funcionarios por un sistema defectuoso, afirmó que la moralización de la función-pública tendrá su primera expresión en una ley de incompatibilidades cuyos primeros criterios sean para parlamentarios y altos cargos.

La labor de saneamiento se articulará con la culminación del Estado de las autonomías, con la aprobación cuanto antes de los estatutos que faltan y el logro del máximo constitucional en las competencias de las comunidades. Después comenzará una segunda fase de "construcción positiva del Estado de todos", con la aprobación de leves de bases del estatuto de la función pública; del procedimiento administrativo común; bases del régimen presupuestario, financiero y contable; bases de la contratación administrativa; responsabilidades de las administraciones y de sus autoridades, funcionarios y agentes, y sobre el dominio público y patrimonio.

Asimismo se potenciará la autonomía provincial y local, lo que incorporará la modificación de la ley de Elecciones Locales, la elaboración de nuevas leyes de régimen local y de financiación de las entidades locales. Todo ello, dijo Felipe González, completará un sistema descentralizado de administraciones públicas que potencie la democracia y la solidaridad.

Política exterior y defensa

El candidato anunció después una política exterior "ajena a concepciones partidistas" y "atenta a los intereses permanentes de España". Como objetivos más concretos, citó primero fortalecer y profundizar las relaciones con nuestros vecinos, Portugal, Francia y los países del Magreb, con atención privilegiada a Portugal.

Se buscará la plena integración en las Comunidades Europeas, con el objetivo de conseguirla dentro de esta legislatura. Dijo después el candidato que España se encuentra dentro del mundo occidental, pero reclamó "el derecho y el deber" de determinar libremente nuestra participación. En este sentido, anunció que se examinará la relación con Estados Unidos, se "reestudiará la decisión del anterior Gobierno respecto a la OTAN", se "mantendrán los compromisos adquiridos con el pueblo español" y se potenciará la cooperación con Latinoamérica.

También dijo que el Gobierno irá creando las condiciones para el regreso de los emigrantes y entre tanto velará por su bienestar, muy especialmente cuando se produzcan violaciones de los derechos humanos, como en los casos de desapariciones.

Afirmó que el Gobierno reafirmará con todo vigor la reivindicación de Gibraltar y la negociación con el Reino Unido. Expresó también la voluntad de participar en la tarea de promover la paz, el desarme, los derechos humanos y el desarrollo del Tercer Mundo.

Dentro de este mismo capítulo, citó a la defensa nacional, "pieza fundamental para la realización de una política exterior respetable", y recordó que la Constitución atribuye a las Fuerzas Armadas la defensa de la integridad territorial y el orden constitucional, a las órdenes del poder legítimamente constituido. El Gobierno aplicará el programa anunciado, tanto en sus aspecto sociales y económicos como en la adaptación del despliegue operativo militar. Felipe González proclamó "nuestra confianza y solidaridad con las Fuerzas Armadas, cuya honrosa misión no ha sido empañada por actuaciones minoritarias". Después destacó el papel del Rey en favor de la paz y la libertad, y manifestó su confianza en el futuro de España.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_