De entrada, no
La postura del PSOE ante la solicitud de ingreso de España en la Organización para el Tratado del Atlántico Norte fue¡ calificada de ambigua por el Gobierno Calvo Sotelo. Una ambigüedad -se afirmó entonces- puesta de manifiesto en el eslogan "OTAN, de entrada, no", que encabezara la campaña socialista.Pues bien, un acontecimiento ajeno a nosotros, como ha sido el conflicto de las Malvinas, viene a actualizar el tema de nuestra integración en el Tratado, dando a la tan vilipendiada frase "... de entrada, no" uno de sus sentidos más exactos.
De las posibles lecturas (eso, es ambigüedad) del eslogan, la "... de momento, no", pone hoy de relieve la justeza de las reticencias del, PSOE a ingresar en la OTAN, o al menos de hacerlo antes de haber solucionado importantes y prioritarios temas; uno de ellos, el de la definitiva devolución de Gibraltar.
Apliquémoslo a la frase en cuestión: "OTAN, mientras no se nos devuelva Gibraltar, no". Porque, ¿cuál va a ser ahora la posibilidad de entente entre España y el Reino Unido? ¿En qué medida van a quedar afectadas las previstas negociaciones sobre el, contencioso? ¿Qué respuesta dará el Reino Unido, e incluso el resto de países del Tratado, ante la manifiesta actitud de España a favor de Argentina? Y no se juzga ahora lo acertado o desacertado de esa actitud, sino las consecuencias que de ella se deriven en nuestras actuales circunstancias.
Queda bastante claro que la falta de rigor y el apresuramiento con el que el Gobierno de Calvo Sotelo forzó la marcha de nuestra iritegración puede hoy convertirse en un obstáculo que dificulte las posibilidades de una incorporación futura a la OTAN, digna, en condiciones de igualdad y vencido el escollo de los temas pendientes. Y esto en el caso de que, analizados dichos temas, nos siga interesando ingresar. Hoy, la abstención española en los foros internacionales, ante el conflicto anglo-argentino, y el manifiesto apoyo al país hispano en la "cuestión colonial" han levantado el debate en la Prensa europea. Difícil postura la nuestra y ciertamente paradójica: estando a punto de ingresar en la OTAN, nos vemos obligados a manifestarnos contra una de sus decisiones de bloque. Y todo porque el señor Calvo Sotelo tuvo demasiada prisa.
Va a ser difícil encontrar una salida airosa que, desde luego, no pasa por la "tragicómica" oferta de mediación en el conflictó. No ofrecemos credibilidad ni a unos ni a otros. Nuestra capacidad de ser independientes y soberanos se ha visto seriamente comprometida. Por todo ello, sin duda, vamos a asistir a una lección de ambigúedades, esta vez en el más pobre y mezquino de sus,sentidos, impartida por el presidente de un Gobierno incapaz de mantener una política internacional coherente, clara, inteligente y soberana.
Señor Calvo Sotelo, mientras no se nos devuelva Gibraltar, no. Hasta que no ingresemos en la Comunidad Económica Europea, no. Mientras no se asegure nuestra soberanía, se clarifiquen condiciones, se defina inequívocamente nuestra negativa a albergar armamento nuclear en el suelo español, no. Hasta que Francia, miembro de la Alianza, no deje de ser el santuario de los terroristas de ÉTA, no.
Señor Calvo Sotelo, ... de entrada, no.
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