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Crítica:El cine en la pequeña pantalla
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Erratas en cine

Hace dos sábados proyectaron en TVE Cabalgar en solitario, uno de los grandes westerns de Budd Boetticher, uno de los nombres mayores del cine norteamericano y, sin duda, eje de una mutación en la historia del cine del Oeste: aquella que hizo de este tipo de películas, nacidas bajo el nacionalismo norteamericano más conservador, uno de los modelos críticos más virulentos de la visión del nacimiento de los Estados Unidos. Hoy TVE proyecta otro de los grandes westerns de Boetticher, Estación Comanche. Y nos tememos que en las mismas condiciones: en una proyección, o si se quiere edición, llena de erratas. Me explicaré. Imagínese el lector que compra una edición del Quijote, la abre por el primer capítulo, y lee el siguiente disparate: "En u lugar de la Maaancha d e cuy o nombr no quie-roa(,-or-dar me viv... no ha much-tic:mp un hid-alg", y así una página, diez, cien, todas. Palabras incompletas, frases inacabadas, expresiones truncadas, letras comidas. Erratas. No una ni cien, sino tantas como unidades lingüísticas.¿Hace falta decir qué haría el comprador de ese libro? Dejemos la cosa en,que el ojo izquierdo del librero correría peligro de cambiar su color habitual por el morado. Pues bien, esa misma tropelía nos la hacen una semana sí y otra también en TVE y, aunque los perjudicados se cuentan por millones, todavía no hay ninguna denuncia por amoratamiento de ojo interpuesta por los responsables de Prado del Rey. Y es que nadie protesta. Sabemos leer libros, pero no sabemos ver cine. No aceptamos un libro con erratas, pero si una película con erratas.

Cabalgar en solitario -como nos tememos que ocurra hoy con Estación Comanche- son películas en formato de seope y trasladarlas a la pantalla televisiva normal sólo es posible si se mutilan dos quintas partes de cada encuadre. Eso es lo que hizo TVE. Y aquello nada o muy poco tenía que ver con una película -obra matemática, una lección de gramática fílmica exacta- de Boetticher. Hacer un encuadre es para cineastas de este fuste un asunto de alta elaboración -como para un gran literato lo es dar con la frase adecuada- que requiere horas de quebraderos de cabeza para el director y el fotógrafo. Pues bien, TVE destroza esta alquimia gramatical y nos vende filmes plagados de erratas, ilegibles.

El inefable plano inventado por TVE, o por quien sea, en el que las narices de Randolph Scott y Pernell Roberts asoman una a cada lado de la pequeña pantalla, y en medio el desierto, equivale a una edición de Platero y yo en la que el editor ha suprimido la palabra burro. Budd Boetticher, como tantos otros, sigue inédito.

Estación Comanche se emite hoy a las 16.05 por la primera cadena

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