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GENTE

El rey Juan Carlos

se empeñó en probar la fabada, plato típico asturiano muy fuerte, con los miembros de su escolta antes de dirigirse al comedor del hotel de Oviedo, donde le esperaban para presidir un almuerzo, en su última estancia en Asturias, cuyo menú estaba compuesto por un cóctel de ¡angosta, solomillo y, como postre, tocinillo de cielo de Grado. Todo regado con vino tinto de Rioja de 1970, de una marca propiedad de Pedro Masaveu, presidente de la Fundación del Principado de Asturias, informa José Manuel Vaquero. Después de la entrega de los Premios Príncipe de Asturías en el teatro Campoamor, el Rey subió un momento a su habitación del hotel, y posteriormente se dirigió a saludar a un grupo de escoltas que en ese momento se encontraban comiendo una fabada. Nada más verles, don Juan Carlos dijo "Esto no me lo pierdo en Asturias. Que me traigan un plato".

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