John Derek: "Bo será Bo mientras el público del cine lo quiera"
"Bo será Bo mientras el público del cine lo quiera. Cuando este público decida no mantener «esta ilusión», entonces nos dedicaremos a otra cosa; pero por el momento los dos somos una rnisma persona y es un lujo que podamos seguir trabajando juntos". Bo Dereck, la actriz que alcanzó la fama con 10, la mujer perfecta, y su marido, el director John Derek, comparten esta afirmación que han hecho a EL PAÍS en Madrid, donde se encuentran estos días promocionando la película Tarzán, el hombre mono, que se estrenará próximamente en las pantallas españolas.
La estrecha unión de Bo y John Derek se manifiesta también en esta última película dirigida por John, en la que Bo, además de se la principal actriz y de elevar a un papel principal el tradicionalmente secundario de Jane Parker, s ha estrenado como productora Tarzán, el hombre mono, filme polémico ya en Estados Unidos, es una versión romántica y en parte desviada del original del mismo título producido por la MGM en 1932.Bo Derek (su verdadero nombre es Mary Cathlenn Collins, actriz norteamericana que fue descubierta por John Derek, con quien se casó más tarde), llevaba algún tiempo sin salir en las más importantes páginas de los periódicos. Estaba ya en declive el recuerdo de aquellas frescas imágenes de mujer moderna y perfecta que dio en 10, película dirigida por Blake Edwars. Entre otras cosas, aquella película promocionó el bolero de Ravel y el peinado de trenzas múltiples, afro, que ya había sido utilizado por Stevi Wonder, e incluso readaptado en un estilo parecidpor el cantante de reggae, Bob Marley, recientemente fallecido.
Ahora, la que en otro tiempo rechazara el papel protagonista de King Kong, encarna en Tarzán, el hombre mono a la hermosa y habilidosa compañera del rey de la selva, y hasta tiene algunas aventuras "muy especiales" con un orangután que se llama C. J. Pero el principal enamorado de la película es Tarzán, interpretado por el joven, actor Miles O'Keeffe, que debuta en el cine con esta obra.
En Estados Unidos, el filme ha sido mal acogido por la crítica, y los actores de anteriores versiones de Tarzán se quejan de esta versión, a la que califican de frívola. "Ha habido malas críticas", explica John Derek, "pero yo no hago películas para los críticos; hago un cine esencialmente para divertir
la gente. Y no hay que olvidar que el cine no es realidad, sino fantasía; por tanto, las películas 10 y Tarzán no responden a la realidad; ni siquiera deseo plantear en ellas ninguna tesis, nada espectacular, ni ninguna defensa de nada. No comprendo cómo la gente puede tornar a Tarzán en serio".
Bo Derek se muestra de acuerdo con su marido y además añade: "Yo estoy contenta con mi trabajo y con lo que he hecho hasta ahora. Si se ha construido sobre mi persona una imagen irreal referida a un tipo de mujer de los años ochenta, no lo sé; ni siquiera me interesa si ha habido o no reacciones de las feministas. De cualquier manera, si existe esa imagen yo no la he elegido".
La actriz es en gran parte una creación cinematográfica de un fotógrafo que se llama John Derek. El hecho de que John sea fotógrafo explica, en parte, que no permita las fotografías de Bo, y que sólo las haga él en exclusiva, y esto explica también que a su llegada a Madrid la pareja Derek tuviera problemas con los fotógrafos.
La presentación de la actriz en el programa Crónica 3 de RTVE resultó casi explosiva por el impacto en la opinión pública de la emisión de una secuencia de su película 10, donde la protagonista declaraba sus máximas aspiraciones sexuales. La frase, escuchada con normalidad en las proyecciones de la película en los cines españoles, provocó una oleada de llamadas a Televisión Española con protestas e indignación. En la emisión de estos planos, que forman una de las secuencías más conocidas del filme, estaba previsto disminuir el sonido y aumentar las notas del Bolero de Ravel que acompaña los diálogos. Por causas desconocidas, salió al aire lo contrario. Las llamadas telefónicas surgieron al minuto en varios despachos de Prado del Rey, mientras que la dirección de TVE ínvestigaba el hecho.
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