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Utraderechistas londinenses provocan serios incidentes raciales

Andrés Ortega

La tensión racial sigue aumentando en Gran Bretaña, según muestra lo ocurrido en Londres en la madrugada del sábado, cuando un grupo de skinheads -jóvenes blancos de cabeza rapada, de clase trabajadora y con una ideología de extrema derecha- atacaron a los asiáticos del barrio de Southall, al oeste de Londres. Los consiguientes disturbios causaron gravísimos daños, sesenta policías y al menos cuarenta civiles resultaron heridos, y se llevaron a cabo veintisiete arrestos.

Unos trescientos skinheads habían llegado al atardecer a Southall en autobuses para asistir a un concierto de rock en la taberna Hambrough. La policía señaló que un grupo de quince o veinte de estos skinheads comenzaron a destruir las vitrinas de algunas tiendas adyacentes, hiriendo en un caso a una mujer india que allí se encontraba. Fue entonces cuando la juventud local, india en su mayoría, se agrupó ante la taberna y comenzaron los enfrentamientos.La policía intervino entonces para disolver a los congregados, y se vió atacada por los jóvenes del vecindario. Comenzaron a llover los palos, las piedras y las bombas de gasolina, pero, según un líder local, la policía parecía proteger a los skinheads. Las barricadas, los incendios de varios coches y de un bar y los acontecimientos que se desarrollaron hasta altas horas de la madrugada recuerdan lo ocurrido en el barrio de Brixton hace poco más de dos meses.

Según algunos habitantes de Southall, se sabía lo que iba a ocurrir dos días antes, cuando, al palecer, se distribuyeron algunos panfletos de la "Cruzada Nacional Blanca", pero la policía no prestó atención a estos avisos. Para muchos asiáticos, el concierto de rock no fue más que una excusa para los skinheads.

Justificación policial

En una conferencia de Prensa, un portavoz de Scotland Yard dijo ayer que no existían pruebas de que los skinheads habían ido a Southall con la intención de provocar disturbios raciales, añadiendo que la gravedad de los acontecimientos hubiese sido menor si los vecinos de la localidad hubieran reaccionado de otro modo. Southall está a unos quince kilómetros al oeste de Londres y desde 1963 se había convertido en un barrio habitado por indios y paquistaníes. Los últimos disturbios que vivió este barrio fueron en 1979, con el enfrentamiento entre una manifestación del National Front -organización racista de extrema derecha- y una contramanifestación de la liga anti-nazi, resultando muerto tras la carga de la policía Blair Peach, maestro originario de Nueva Zelanda.Ayer, líderes locales de Southall y representantes de la policía mantuvieron conversaciones durante todo el día para asegurar que lo ocurrido ayer se quede en un acto aislado y no se convierta en un pauta. Pero dadas las tensiones raciales existentes en Gran Bretaña, se puede dudar de que se cumpla esta esperanza. En la misma noche del viernes, también la policía tuvo que enfrentarse a jóvenes negros en la ciudad de Liverpool.

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