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Musulmanes y cristianos se enfrentan en Egipto

Violentos incidentes confesionales entre musulmanes y cristianos coptos se vienen sucediendo desde hace tres días en varios suburbios de El Cairo, con un balance hasta ahora de dos muertos y 31 herldos.

En la noche del miércoles, cuando dos personas perdieron la vida, 42 fueron detenidas a raíz de diversos enfrentamientos a tiros y lanzamientos de pledras y objetos contundentes entre los dos grupos en el barrio de Al-Zawyia Al Harra. El origen de los enfrentamientos fue la pretensión de los musulmanes de construir en una zona que los crlstlanos consideran como propia.

Se trata de los mayores disturbios confesionales en la capital desde la llegada al poder en Egipto de Anuar El Sadat, hace once años. Y tienen mayor envergadura que los registrados el año pasado, también entre las dos comunidades, en Asyu, al sur de Egipto.

Tropas de la policía y efectivos militares patrullan los suburbios, los más pobres de la capital, en algunas de cuyas paredes se aprecian pintadas con la leyenda «Allah Akbar» («Alá es grande»).

Los últimos incidentes entre coptos y musulmanes comenzaron siempre a raíz de una disputa personal de algún miembro de ambas comunidades, como ocurrió en Alejandría el pasado mes de mayo, cuando un panadero cristiano propinó una paliza a un musulmán. A raíz de este acontecimiento los fundamentalistas islámicos hicieron un llamamiento para una expedición de castigo anticristiana.

Frecuentes saqueos de iglesias cristianas

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En el curso de los últimos cinco años, especialmente en las provincias del Alto Egipto, una decena de coptos han sido asesinados y no pasó un mes sin que alguna iglesia fuera saqueada o destruida.Hace algunos meses, la decisión del Gobierno de El Cairo de demoler una iglesia cristiana levantada sin autorización enardeció los ánimos de los coptos, que protestaron por «la indulgencia gubernamental cara a las reivindicaciones de los integristas islámicos».

La Prensa y la televisión egipcias han concedido una importancia de primer orden a estos acontecimientos, haciendo repetídos llamamientos a la unidad nacional, no ocultando el temor a que los enfrentamientos degeneren en batallas confesionales como la de Líbano.

La televisión mostró a un eminente profesor de la universidad musulmana de Al-Azar, quien condenó cualquier uso de la violencia y requirió de ambas partes que resolvieran los conflictos mediante los tribunales.

Para todos los observadores ha resultado una sorpresa la celeridad con que el Gobierno ha comunicado estas malas noticias, prueba evidente de la importancia que concede a los acontecimientos entre musulmanes y coptos.

Lo que preocupa al Gobierno egipcio es que los conflictos religiosos entre musulmanes y la minoría copta, que supone el 10% de los 43 millones de egipcios, siempre suelen producirse cuando el clima político general parece tranquilo, como ocurre en la actualidad, en espera de que Israel devuelva el resto del territorio del Sinaí, acto previsto para el próximo mes de abril.

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