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Entrevista:

"Pretendemos eliminar el aborto clandestino"

Juan Arias

De los cinco referendos que hoy y mañana votarán los italianos, cuatro han sido propuestos por el Partido Radical. De estos referendos, el que ha tenido más popularidad ha sido el del aborto.La diputada Emma Bonino, una de las líderes más batalladoras del Partido Radical, ha sido apellidada «la conciencia abortista» del país.

El corresponsal de EL PAIS en Roma la entrevistó horas antes de que se produjera el atentado al Papa.

Pregunta. ¿Qué es lo que ha pretendido su partido presentando este referéndum popular?

Respuesta. Lo primero que tengo que decir es que el aborto no lo hemos inventado los radicales. Nosotros nos hemos encontrado frente a una realidad de aborto clandestino. Para prevenir el aborto, reducir el número de prácticas clandestinas existen sólo dos soluciones: gran campaña de información anticonceptiva y eliminar la clandestinidad del aborto.

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P. ¿Por qué, según ustedes, la ley aprobada por el Parlamento no ha obtenido los frutos que muchos esperaban?

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R. Después de tantos años de lucha no ha sido abolido el aborto clandestino. Han abortado legal y gratuitamente 160.000 mujeres al año, mientras casi medio millón lo han seguido haciendo clandestinamente.

P. ¿Qué ha fallado en la ley según los radicales?

R. La ley actual es una ley racista, que afirma que si el aborto lo hace el Estado todo va bien. Si lo hace el ciudadano privadamente es un delito. Esto es una concepción rusa y estatalista que no se puede tolerar. El aborto para las mujeres es. un drama y un problema social, pero problema social no quiere decir estatal.

P. ¿Qué tipo de aborto desearían ustedes?

R. Para el Estado, el aborto debería ser considerado una intervención quirúrgica como todas las demás. En nuestro país, por suerte, existen en el campo sanitario las dobles estructuras: pública y privada. La pública debe ser un derecho, pero no una obligación. Sin embargo, según la ley actual, el aborto está considerado como una cosa en el fondo fea. Por eso lo permite si la mujer hace penitencia, es decir, si espera siete días de reflexión, si se consulta con el médico, si se pone en fila para obtener un puesto en el hospital. En este caso, el Estado te perdona; pero si tienes la desgracia de no encontrar puesto o de tropezarte con un médico objetor de conciencia y abortas privadamente, pecas, eres un criminal y el médico que te lo hace va a la cárcel cuatro años. En la práctica quiere decir que si pagas un millón de liras el médico te lo hace. Por eso nosotros pedimos que el aborto sea como el parto, que no es un delito, es legal, es libre y gratuito y se realiza en las estructuras públicas.

P. Hay quien les acusa de que así se quita al aborto ese cierto dramatismo que tiene para toda mujer.

R. Que el aborto pueda ser un drama para la mujer lo decimos. también nosotros. Sabemos muy bien que nunca un aborto puede ser una fiesta. Pero tampoco hay derecho a que se haga del aborto una «tragedia».

P. ¿Por qué la izquierda se ha opuesto al referéndum radical y defiende la ley que ustedes rechazan como conservadora?

R. Es un problema político. Todo nació en tiempos del «compromiso histórico». Se trataba de hacer una ley que no enfrentara a comunistas y democristianos. Costó incluso unas elecciones anticipadas. Lo mismo el referéndum radical. No gustaba a los dos grandes partidos y se ha ido retrasando año tras año.

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