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Creciente actividad de una tendencia prosoviética de cara al congreso del PSUC

Es muy probable que el V Congreso del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), que se inicia el próximo día 2 de enero, apruebe enmiendas de carácter prosoviético, que modificarían parcialmente las actuales tesis congresuales, también criticadas por Santiago Carrillo, pero hasta ahora aprobadas muy mayoritariamente por la dirección y la base del partido.

Esta información fue facilitada separadamente por dos miembros de la dirección del PSUC, quienes también expresaron su sorpresa ante el incremento de la labor precongresual de lo que hasta ahora fue una pequena tendencia prosoviética, así como la buena acogida que ésta encuentra en los últimos días en organizaciones de base. Las fuentes atribuían este cambio a la polarización de la política internacional tras la elección de Reagan y el desconcierto imperante en la política catalana.Por otro lado, este diario obtuvo ayer el documento de enmiendas a las tesis y a los estatutos que fue aprobado, por ser presentado al inminente congreso por la organización del PSUC en el Vallés occidental.

La finalidad de esta difusión era lograr enmiendas congresuales de idéntico contenido, partiendo de múltiples organizaciones de base. Ello ha sido parcialmente logrado, pese a que el Comité Ejecutivo del PSUC se reunió expresamente para tratar de esta difusión -cilificada de «antiestatuaria»- del referido documento. Asimismo, dicho comité dirigente del PSUC remitió una carta a todos los miembros del Comité Central y a todos los responsables políticos de las organizaciones de base, denunciando la difusión del mismo documento, y considerándolo como un instrumento de articulación de una fracción interna. Finalmente, cuatro dirigentes del PSUC de la localidad de Hospitalet de Llobregat -segunda ciudad de Cataluña en número de habitantes- acaban de ser expulsados y otros dos suspendidos por un año, en base siempre a la difusión del referido documento.

Las tesis congresuales del PSUC, debatidas a lo largo de meses, critican a la URSS tanto por su política interna como por el tipo de relaciones de «dependencia» que establece con países socialistas y, en particular, por la intervención militar en Afganistán. El documento prosoviético pretende lograr que el Congreso suprima todas estas críticas «tanto por su falta, de rigor como por introducir gratuitamente un elemento de división en el Congreso».

«La intervención soviética en Afganistán», afirma el documento de enmiendas a las tesis, «no es desde un punto de vista formal "una grave infracción de soberanía y no injerencia en los asuntos de otros pueblos», ya que se basa en reiteradas solicitudes del Gobierno legítimo de Afganistán. La afirmación que se hace en las tesis ignora que tal intervención se hace en apoyo de un proceso revolucionario y para neutralizar una contrarrevolución organizada y armada desde Pakistán por el imperialismo».

«Decir que la intervención soviética», manifiesta también el documento, «intensifica el clima de guerra, resulta al menos ingenuo, pues, olvida la intención del imperialismo norteamericano de instalar en Afganistán un régimen hostil a la URSS, completando así el cerco militar a dicho país y aplastando una revolución socialista. Así, pues, llegaríamos a la absurda conclusión de que si Ia intervención soviética intensifica el clima de guerra, los planes del imperialismo, en relación a Afganistán, favorecen el clima de paz».

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Contra la unificación europea

El documento utiliza viejos argumentos en contra del proceso de unificación europea. «El proceso de integración económica», afirma, «que ha dado lugar a Mercado Común Europeo es un aspecto importante de la configuración trilateral del imperialismo. La OCDE es colocada junto con la Trilateral y calificadas ambas de «organismos de coordinación de la política económica del imperialismo».El documento contiene reiteradas alusiones a la conveniencia de coordinar la acción y los planteamientos entre los países socialistas -es decir, el bloque soviético- y el movimiento obrero de los países occidentales. Respecto a los países socialistas, sostiene que «diversos errores de interpretación marxista han situado la sociedad socialista como el objetivo final deseado, en vez de sitúarla como el período revolucionario que media entre el capitalismo y el comunismo. La sociedad socialista, como sociedad de transición, está impregnada de contradicciones derivadas no solo del capitalismo, sino de un bagaje histórico y social milenario de división de clases, dominación ideológica y cultural, división del trabajo y desequilibrios económicos en el seno de la sociedad, agravados estos condicionamientos por el cerco del imperialismo».

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