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Tarancón: "El centralismo coarta la libertad"

El arzobispo de Madrid, cardenal Tarancón, se refiere en su carta cristiana de esta semana al tema de Las autonomías sin romper la unidad, En ella, Tarancón dice que el centralismo es una tentación constante de las autoridades supremas, «que pretenden tener todos los resortes en sus manos». Y añade: «Pero el centralismo es poco humano, porque coarta la libertad de las personas y los grupos menores, más allá de lo justo».Considera el cardenal que, de la misma manera que cada hombre tiene derecho a mantener y defender su propia personalidad, también las colectividades y los grupos tienen derecho a mantener lo que les caracteriza y específica, sin que nadie les pueda obligar a renunciar a ello por razones o motivos políticos y económicos. Señala asimismo que existe un principio de filosofía social, recordado muchas veces por los papas -el principio de la subsidiaridad-, que es básico para una recta ordenación de cualquier sociedad: no debe asumir una autoridad u organización superior lo que pueda ser realizado adecuadamente por las autoridades u organizaciones inferiores.

«La defensa, pues, de lo que es específico», añade, «de cada pueblo o región: la lengua, vehículo de la cultura autóctona; las costumbres y tradiciones del grupo humano o étnico, etcétera, es no sólo un derecho, sino un deber de esos grupos humanos».

El cardenal señala, por último, que «un régimen de descentralización y de defensa de lo peculiar de cada grupo exige una organización fuerte del Estado, con unos criterios distintos a los del Estado centralista».

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